En un ambiente teatrero, con olor a despedida del gobierno del Estado y con acarreados en el zócalo de la ciudad de Puebla, los poblanos acudieron a la celebración patriota más importante para los mexicanos.
La noche de este martes, fue de muy poco ambiente patriota, porque los poblanos de a pie, no acudieron al zócalo y solamente llegaron quienes fueron "invitados" o "acarreados" por el mandatario poblano, quienes le aseguraron los vítores y los aplausos durante El Grito de Independencia.
Las rechiflas crecientes hicieron que el gobernador del Estado de Puebla, Rafael Moreno Valle, adelantara por unos 8 minutos el grito de Independencia, por lo que salió sólo al balcón de palacio municipal, para dar El Grito de Independencia.
Empero, los abucheos empezaron desde antes de iniciar la ceremonia de El Grito de Independencia y es que los poblanos se mostraron hartos, desesperados y hasta cansados, además de preocupados por la lluvia, porque por regla gubernamental, no pudieron meter paraguas ni sombrillas, que dejaron en contenedores preparados en los accesos.
Los abucheos fueron señal de reclamo, porque aunque el evento protocolario empezó en punto, los "poblanos convocados", debieron llegar desde las 8 de la noche, según aseveró la señora María Elena, quien recibió invitación desde el mes pasado, "nos trajeron y nos prometieron llevarnos de regreso a nuestra casa, venimos desde San Francisco Totimehuacán".
La muestra de desesperación se evidenció cuando a su paso, los poblanos reclamaron al gobernador del Estado de Puebla, la demora, aunque las autoridades poblanas llegaron a tiempo, para dar El Grito de Independencia, unos minutos antes a las 11 de la noche de la noche.
De inmediato, los poblanos olvidaron los reclamos y se unieron al grito que desde el balcón de palacio municipal, entonó el mandatario poblano, seguido del himno nacional.
Los poblanos se mostraron apáticos, distantes y hasta retaron a la autoridad estatal, "porque nos ha hecho mucho daño, porque piensa que Puebla es un Estado para ricos, cuando la mayoría de los habitantes no tenemos los recursos que ellos tienen", dijo Esther, una joven que acompañó a sus padres para presenciar El Grito de Independencia.
Los poblanos que acudieron a la zona monumental, no mostraron el ánimo e incluso hubo un fuerte rechazo social en contra de los gobernantes, que optaron por mantenerse distantes de los asistentes al zócalo de la ciudad.
Los poblanos lanzaron más gritos de emoción por los juegos pirotécnicos que por el grito del mandatario poblano, pero después de eso, muchos se retiraron del primer cuadro de la ciudad y ya no se quedaron a la verbena popular que ahí se llevó a cabo.
Seguridad a extremo
Desde las 12 horas del día, la seguridad en el primer cuadro de la ciudad, fue reforzada y creció conforme avanzaba la tarde, prueba del temor de la autoridad estatal, por la presencia de algunos opositores al evento de El Grito.
Los arcos detector de metales estaban por todas partes, los policías estatales se apropiaron de las principales calles de la ciudad y conforme pasaban las horas, aumentaban la vigilancia para ingresar al zócalo, al grado, que las familias que llegaron después de las 3 de la tarde a la zona histórica, decidieron regresar a su casas, debido a lo minucioso de la vigilancia.
Los arcos detectores de metales estaban en el pasaje del zócalo, en el portal Hidalgo y en los cuatro acceso al zócalo de la ciudad, por lo que resultó difícil que una persona común pudiera ingresar, porque los filtros de seguridad fueron permanentes y no había argumentos para lograr el ingreso.
A pesar del reclamo social palpable, los poblanos se unieron a los festejos patrios, porque además llenaron totalmente el zócalo de la ciudad capital, donde mostraron el fervor patrio y hasta respondieron a los vivas que vitoreó el mandatario poblano desde el balcón de palacio municipal.
Cabe mencionar que los integrantes de la seguridad personal del mandatario poblano, acordonaron completamente la calle Juan de Palafox y Mendoza, desde el bulevar 5 de Mayo hasta la 2 Sur, dejando solamente las banquetas para la gran cantidad de poblanos que llegó al zócalo de la ciudad.
El evento protocolario fue rápido y desangelado, mientras que afuera, en el zócalo y en los tres portales, los poblanos dieron El Grito de Independencia y de inmediato se retiraron del lugar.