El Papa Francisco cumplió hoy una visita de cortesía al presidente de Cuba, Raúl Castro, con quien mantuvo un diálogo en privado en el Palacio de la Revolución de La Habana, que duró aproximadamente 50 minutos.

Unos 15 minutos antes de las 16:00 horas locales (20:00 GMT), Francisco salió de la sede de la nunciatura apostólica y se dirigió en un automóvil cerrado hasta la sede del gobierno.

El presidente saludó primero a los cardenales y dignatarios que acompañan al pontífice y después lo presentó a sus colaboradores. Tras los saludos iniciales comenzó el encuentro privado, en un rincón rodeado de vegetación.

Tras el cara a cara el Papa agradeció a Castro su acogida y los indultos para más de tres mil 500 detenidos en las cárceles cubanas, con motivo de su visita apostólica.

Mientras los jefes de Estado sostuvieron su encuentro, al mismo tiempo el “número dos” del Vaticano, el secretario de Estado Pietro Parolin, se reunió con el vicepresidente del Consejo de Estado y de los Ministros, Miguel Díaz-Canel.

Ambos funcionarios estuvieron acompañados por sus colaboradores. Luego se pasó a un intercambio de regalos. El líder católico obsequió a Castro un mosaico de la Patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre, cuyo santuario visitará este lunes en la ciudad de Santiago.

La obra fue realizada por los obreros del Estudio del Mosaico de la Fábrica de San Pedro entre mayo y septiembre de este año. El presidente cubano obsequió, por su parte, un enorme crucifijo realizado simbólicamente con remos atados con cuerdas.

El sumo pontífice, en el patio del Palacio, se despidió y abordó el papamóvil con la ayuda del cardenal de La Habana Jaime Ortega y Alamino, para dirigirse a la catedral.