La legalización del consumo de marihuana, en caso de que se apruebe, tendrá que ser bajo estrictos controles, incluyendo producción y venta, a fin de evitar que se genere un problema mayor, advirtieron diputados locales.
La diputada priista, Maritza Marín Marcelo, se pronunció a favor de analizar el tema de la legalización de la marihuana, sobre todo “mediante controles estrictos de su producción, comercialización y consumo”.

Señaló que es una situación que no puede aprobarse de la noche a la mañana, se requiere un verdadero análisis donde participen especialistas en la materia.
Recordó que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), a través de su página de internet, inició una encuesta sobre la posibilidad del uso de la mariguana.
Entre otras preguntas se destaca: si “el uso de la mariguana debe ser: a) legal, para su uso médico b).- legal para su uso médico y recreativo, c) Ilegal o d) No sé.
Comentó que hay que llevar a cabo campañas de orientación para que la sociedad se dé cuenta del daño que causa su consumo.
En tanto, el coordinador de la bancada de Movimiento Ciudadano (MC), Julián Peña Hidalgo, consideró que el permitir el estupefaciente debe analizarse, sin embargo, considera como positiva la propuesta que está siendo analizada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
“Es una cuestión que debe analizarse en todo ámbito, que aunque aún no se legaliza, se da a través del tráfico, la venta y el consumo para uso medicinal, pero sería una solución a la problemática que se está viviendo en torno al tema”, dijo.
Tras cuestionarlo respecto a que si México está preparado para que legalice el estupefaciente, Peña Hidalgo sostuvo que sí porque existe un sector de la población que ya la consume.
Advirtió: “El que se legalice no aumentaría su consumo, seguiría igual, sin embargo, lo que se propondría es dar una mayor difusión de lo que implica el adquirirla y para los fines para los que puede ser utilizada como el medicinal”, añadió.
En tanto, la presidenta estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Socorro Quezada Tiempo, se pronunció no sólo por legalizar la mariguana, sino cualquier uso de droga y no sólo para cuestiones medicinales.
“Al final de cuentas algo que se prohíbe genera es más situaciones como el crimen organizado y que trae consecuencia la muerte de personas”, citó.
No obstante, consideró llevar a cabo una revisión seria del tema en el ámbito de qué implicaría su uso y de lo que la sociedad demanda porque, reiteró “de nada sirve que se quiera evitar su consumo si existen miles y miles de muertes que ha llevado la prohibición del consumo de la marihuana”, añadió.

Rechazan que sea solución
El Centro de Integración Juvenil (CIJ) en Puebla aseguró que de 1990 a la fecha el consumo de la marihuana ha incrementado, lo cual al liberarse agravaría la situación de adicciones en los jóvenes.
El organismo señala que el problema de la legalización gira en torno a la disponibilidad, accesibilidad y abaratamiento de costos, lo cual haría más accesible esta droga en menores de edad.
De acuerdo con el centro, el problema radicaría principalmente en la etapa del joven -de entre 15 y 19 años- que es el punto de su vida con más rebeldía y problemas en familia, pues aseguró es el periodo en que el joven no cuenta con la capacidad mental en relación a su madurez psicológica para decidir sobre su consumo.
Además, considera que a mediano plazo, el consumo excesivo de la marihuana provoca daños a la salud que se vuelven irreversibles por los compuestos que contiene.
“La marihuana está compuesta por tetrahidrocannabinol a parte de los 400 compuestos químicos que tiene, pero además de ese tetrahidrocannabinol sabemos que hay 66 tipos de cannabinoides que impactan en el sistema nervioso central, y esto hace que la marihuana esté catalogada como un alucinógeno, porque es un depresor y un desorganizador del sistema nervioso central”.
Por lo anterior, exhortó a la población y a las autoridades a tener en cuenta los efectos inmediatos y a largo plazo de la marihuana como son: el aumento del apetito, sequedad bucal, alteración del tiempo, cambios negativos en la imagen corporal, irritación de los ojos, ansiedad, cambios repentinos en el estado de ánimo, memoria e incluso ideas delirantes y alucinantes, sobre todo en jóvenes.