El avión del Papa Francisco aterrizó hoy en Roma y de esta manera concluyó formalmente su visita apostólica a México, que incluyó una parada extraordinaria en La Habana, Cuba.

 

 

 

 

 

 

El Boeing 787 de la Compañía Aeroméxico con el pontífice, su comitiva y los 75 periodistas acreditados, tocó tierra a las 15:00 horas locales (14:00 GMT) tras un vuelo de 11 horas y Jorge Mario Bergoglio desembarcó inmediatamente para dirigirse al Vaticano.

En la base aérea de Ciampino la recepción fue totalmente informal. El líder católico subió a un coche utilitario azul y se dirigió, acompañado por una escolta, hacia el Vaticano.

El decimosegundo viaje apostólico internacional de Francisco comenzó el viernes 12 de febrero con una escala en la capital cubana para el histórico encuentro con el patriarca de Moscú y todas las Rusias, Cirilo I. Siguió con etapas en Ciudad de México, Ecatepec, Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de las Casas, Morelia y Ciudad Juárez.

En entrevista telefónica con Adela Micha en Grupo Imagen Multimedia, el capitán Enrique Galeano, quien encabezaba la tripulación del vuelo, dio detalles de cómo pasó el Papa su estancia en el aire.

Aseguró que se trató de “un vuelo muy emotivo para todos”, con una muy buena planeación y con poca turbulencia.

Dio detalles de cómo se encontraba el Pontífice. "Se le veía cansado cuando abordó inicialmente el avión, pero es impresionante: nunca pierde la sonrisa, nunca pierde la capacidad de escucharnos a todos. Tiene una mano muy cálida, una mirada que te da tranquilidad. Ya al final, próximos a iniciar el descenso, pasó a la cabina a darnos las gracias a todos y gracias a todo el país, porque había disfrutado mucho esta gira".

“Es impresionante. Habrá dormido 4 ó 5 horas y ahorita que bajó, con una energía nuevamente y un semblante y una sonrisa que es su característica”, expuso.

Mencionó que en el vuelo viajaban 4 pilotos y 12 sobrecargos (10 mujeres y 2 hombres), además de directivos de la aerolínea, y confesó que, con todo y la experiencia de muchos años en el aire, se encontraba algo nervioso, debido a la responsabilidad que significa transportar a un personaje de esa talla.

“La verdad, dicen que cuando tienes este tipo de oportunidades tienes un poco de nervios. Le mentiría yo si le dijera que no estuve nervioso”, confesó.

Para él y para el resto de la tripulación, la experiencia fue única, ya que todos tuvieron la oportunidad de tener un momento, cara a cara, con el Pontífice.

“Tuvimos el honor de estar con él. El señor (Alberto) Garbarri ?coordinador de viajes papales? te avisa y vamos saliendo uno por uno”, para estar con él entre 3 y 5 minutos. Fotos Twitter @aciprensa