De rodillas, caminando, en bicicleta o en autobús, miles de poblanos manifestaron su fe a la Virgen de Guadalupe  en su santuario ubicado en el Cerro del Tepeyac, donde el  arzobispo  Víctor Sánchez Espinosa, a pesar de los problemas de salud, presidió la misa, aunque la homilía fue dicha por el obispo Felipe Pozos Lorenzini quien llamó a la reconciliación.

Ante más de 10 mil fieles que acudieron a la misa de las 11 horas, Pozos Lorenzini advirtió a los católicos que no puede haber una verdadera conversión si no hay una verdadera reconciliación con sus hermanos.

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El obispo advirtió sobre la situación que se vive en Puebla e hizo referencia al problema del robo de combustible que afecta a todo el estado, además de la violencia, “y hay que pedir a la virgen que ilumine a la sociedad para que se termine”.

Además hizo referencia a la pérdida de tejido social, enojo y descontento, intentos por destruir la familia y la vida, situaciones que deben atender los católicos.

Insistió en el tema de la inseguridad que se enfrenta en los tiempos actuales, aunado  a la trata de personas y la crisis alimentaria que azotan varias regiones de la entidad poblana.

Pozos Lorenzini expresó que lamentablemente el hombre sigue siendo terco y necio para cambiar y darse cuenta que debe transformarse, y recordó que la misma situación se presentó con Juan Diego que se aferraba a no creer.

En su mensaje señaló que cada poblano peregrinó para encontrarse con la madre del amor, y escuchar como el indio Juan Diego, aquellas palabras de consuelo que fortalecen “no se turbe tu corazón ni te inquiete cosa alguna, ¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”

Dijo “Al llegar al recinto se siente fresco el recuerdo del Papa Francisco ir por la caridad, y el mensaje que dio donde señala que María va al encuentro de todos los demás para que vayan a difundir el evangelio”

Señaló que en 1531 María nuevamente se presentó para que se vaya al encuentro de los demás y se difunda la palabra de Dios.

Sostuvo que la virgen acompaña la gestación de las tierras mexicanas, la vida de todos y el mensaje es para aquellos que sienten que no tienen valor, pero en si son discípulos del señor como el indio Juan Diego.

Petición por el arzobispo
Felipe Pozos Lorenzini en su mensaje también pidió por la salud del arzobispo Víctor Sánchez, quien hace menos de un mes sufrió un infarto. El clérigo agradeció que el líder de la grey católica en Puebla pudiera presidir la misa.
 
Crece la fe 
La fe católica se hizo presente  en medio de los problemas del gasolinazo, el alza de productos y la virtual construcción de un muro fronterizo que afectará a migrantes poblanos y a sus familias. La devoción bastó para que algunos caminaran durante cuatro días para llegar al principal templo mariano del continente.

De acuerdo a personal de la basílica a diferencia de 2016, cuando el encuentro se recorrió dos meses por la visita del Papa Francisco, este año el número de poblanos que llegaron se duplicó y entre jueves y domingo llegaron al menos 60 mil fieles.

Como cada año los poblanos guadalupanos  llegaron al cerro del Tepeyac sin importar el frio de la madrugada, pidiendo a la Virgen de Guadalupe que se termine la violencia que se vive, y los problemas económicos.

Desde la madrugada los poblanos invadieron la basílica de Guadalupe con estandartes, una imagen monumental hecha con Flores de la región de Atlixco, y hubo quienes mantuvieron la tradición de entrar de rodillas para venerar a la imagen.

La capital del país a lo largo de la calzada Zaragoza se vio invadida por los poblanos de todos los estratos sociales que llegaban a pie, en bicicleta, en camiones de carga, en autobuses de tercera y los de gran turismo.

Al interior del templo mariano se olvidaron las clases sociales y el himno de los guadalupanos se escuchaba en todos los rincones “Desde el cielo una hermosa mañana… la guadalupana, la guadalupana bajo al Tepeyac.”

 


 

Serranos presentes
A pesar de no pertenecer a la arquidiócesis, las comunidades serranas de Zacatlán y diversos municipios se hicieron presentes en esta tradicional peregrinación.

El organizador de la peregrinación desde la Sierra, Lucas Ordoñez Cruz, dijo que fueron, al menos mil personas las que llegaron.

Comentó que en 20 años no ha faltado un solo año y agregó: “Yo no vengo a pedirle, eso lo hacemos todo el año, lo que hacemos es agradecerle que estamos vivos, con salud y trabajo”. Valentín Gutiérrez, de 14 años originario de Zacatlán caminó cuatro días, faltó a clases desde el miércoles 8, pero dice que se pondrá al corriente, ya que desde que tenía 10 años acompaña a sus papás, por lo que en esta ocasión no fue la excepción. Aseguró que el lunes acudirá nuevamente a la escuela.
 

La zona taquera presente
Doña Sofía proveniente de San Nicolás Buenos Aires, la zona de los principales taqueros de Puebla,, mientras soplaba a los anafres que encendieron en el atrio para calentar el desayuno, dijo que para ella es una fiesta y la oportunidad de dar gracias e indicó que los problemas cotidianos, este día, se quedaron en la casa.

Los peregrinos señalaron que una de sus peticiones fue por sus familiares migrantes, quienes les enviaron recursos para abrir un negocio.

La historia de la peregrinación 
La peregrinación fue instituida en 1887 por el Obispo José María Mora, a sugerencia del Padre Ramón Ibarra, quien sería el primer Arzobispo de Puebla. Cada año se ha realizado, sólo se interrumpió de 1926 a 1929 a causa de la persecución religiosas.

De 1930 a 2015, es decir durante 85 años, fue el 12 de febrero cuando se llevaba a cabo la peregrinación, la segunda en asistencia del interior del país, sólo superada por la diócesis de Toluca que congrega a cerca de 120 mil fieles guadalupanos en una semana.

En el atrio lo mismo hubo gente de las parroquias de la capital, que de Cuetzalan, de Tepexi, Tehuacán, San Antonio Progreso, la Mixteca, San Martín, Cholula, y se indicó que  entre lunes y martes esperan que lleguen el resto de las peregrinaciones.

Accidente fatal
En la homilía el obispo Felipe Pozos Lorenzini lamentó el fallecimiento de la señora Alma Delia, vecina de Cuyoaco, durante un accidente cuando peregrinaba a la basílica, donde hubo además cinco heridos, vecinos del mismo municipio.