La desaparición de cinco bombarderos estadounidenses en 1945, inauguró el mito que, durante décadas, ha advertido a embarcaciones y aeronaves sobre el temible Triángulo de las Bermudas. Sin embargo, un reciente estudio encabezado por científicos británicos clama ser la respuesta de estos misteriosos hechos. 

Con una extensión aproximada de un millón de kilómetros cuadrados, en la zona localizada entre Florida, las islas Bermudas y Puerto Rico, se han registrado cerca de 200 incidentes que involucran aviones comerciales, militares y buques, muchos de los cuales se desvanecieron sin dejar rastro. 

Fue en las décadas de los 50 cuando los periodistas E. V. W. Jones y George X. Sand alimentaron la leyenda al hacer públicas las "extrañas y misteriosas” desapariciones en la zona. Sin embargo, fue hasta 1964 cuando el escritor estadounidense Vincent Gaddis, denominó esta extensión marítima como Triángulo de las Bermudas.

Fuerte oleaje, la fuente del misterio

Investigadores de la Universidad de Southampton, Inglaterra, a través del documental “El enigma del Triángulo de las Bermudas”, aseguran que “olas rebeldes” características de la zona, que pueden alcanzar desde los 15 hasta los 30 metros, han creado las condiciones bajo las cuales se han desencadenado los siniestros.   

"Hay tormentas en el sur y en el norte que se juntan. Si además se suman las de Florida puede haber una formación de olas gigantes potencialmente mortales", detalló el oceanógrafo Simon Boxall.

Para probar su hipótesis, utilizaron un simulador para recrear la desaparición en 1918 del USS Cyclops. Los resultados fueron concluyentes, aseguraron, pues la nave se hundió al ser sometida al fuerte oleaje.

Los casos emblemáticos

1918. El navío de abastecimiento de la Armada de Estados Unidos, USS Cyclops, zarpó el 16 de febrero de 1918 de Rio de Janeiro, Brasil, con una carga de 10 mil toneladas de manganeso y carbón, realizando una última escala en Barbados para partir finalmente hacia Baltimore el 4 de marzo.

El buque, con 306 tripulantes, fue visto el 9 de marzo frente a las costas de Virginia antes de desvanecerse. Jamás llegó al puerto de Chesapeake Bay como estaba programado. Dos meses después, fue declarado por la Marina como “desaparecido en el mar”. 

Considerado aún como el incidente con mayores pérdidas humanas fuera de guerra, entonces se creyó que había sido hundido por un submarino alemán, por los tentáculos de una criatura marina gigante o debido a una fuerte tormenta. Ninguna pista del barco ha sido encontrada. 

1925. El carguero SS Cotopaxi, con 33 personas a bordo, comenzó su travesía de Carolina del Sur hacia La Habana, Cuba, el 29 de noviembre de 1925. 

El navío, que transportaba varias toneladas de carbón, emitió un mensaje de auxilio el 1 de diciembre, donde alertaba de su inminente hundimiento y no se volvió a saber de él, al menos hasta 1977, cuando fue descubierto en medio del desierto de Gobi por Steven Spielberg en su película Encuentros cercanos del tercer tipo.

Reapareció en un Puerto de Cuba en 2015, según trascendieron reportes nunca confirmados. Supuestamente, el carguero fue detectado por los radares de la marina y, al no responder a los intentos de comunicación, fue interceptado por guardacostas, quienes habrían hallado una nave oxidada, sin tripulación y aún con su cargamento.

1945. Aunque no fue el primer acontecimiento relacionado con el Triángulo de las Bermudas, fue tan difícil establecer las causas del extravío del vuelo 19, que terminó moldeando el mito como se conoce hasta nuestros días. Ante “condiciones climáticas normales”, según relató a la BBC el teniente David White en 2011, entonces instructor de vuelo, 5 aviones tipo Grumman Avenger partieron de la base de Fort Lauderdale, Florida, a unas 60 millas hacia las Bahamas, para realizar unas pruebas de bombardeo.

Tras el éxito de la misión, el teniente Charles Caroll Taylor, quien se encontraba a cargo, reportó un fallo en sus brújulas, le siguió la comunicación de uno de sus alumnos: “Parece que nos perdimos después del segundo viraje”.

Varias instrucciones fueron dadas a Taylor desde Fort Luderdale, pero solo lograron confundirlo aún más y al resto del equipo, quienes ante la situación consideraron amarizar. La última transmisión, ya ininteligible, fue registrada en tierra hacia las 19:00 horas. Posteriormente, dos aviones de rescate PBM Mariner fueron enviados a la zona, pero uno también se perdió. Autoridades señalaron que, al quedarse sin combustible, los bombarderos se estrellaron en el mar, sin embargo, pese a varios meses de búsqueda, no fueron hallados sus restos. 

1948. La aeronave con 31 pasajeros, Tudor IV Star Tiger, de la British South American Airways Corporation, despegó de las islas Azores el 29 de enero de 1948 hacia las Bermudas. La madrugada del día siguiente se comunicó con la torre de control para solicitar la dirección que debía seguir, esperándose su arribo un par de horas más tarde.

Pero el controlador no volvió a recibir señales de la nave y, pasadas las 5:00 horas, nunca apareció en pista. Aunque las averiguaciones del suceso no descartaron una falla mecánica o un error del piloto, se concluyó que todas las hipótesis eran “poco probables”.