Tras señalar que a unas horas de que venza el plazo para el registro de aspirantes para ser auditor Superior del Estado, se han apuntado solo seis personas. La presidenta de la Comisión Inspectora del Congreso del Estado, Olga Lucía Romero Garci Crespo, informó que la remodelación al estadio Cuauhtémoc, que tuvo una inversión de 680 millones de pesos durante la administración de Rafael Moreno Valle, no fue auditada por la Auditoria Superior del Estado.

En entrevista, la diputada informó que será éste martes cuando se cierre el registro de aspirantes para ser el auditor Superior del Estado y explicó que, si bien el documento establece que tenía que ser el 15 de septiembre, por ser domingo era día inhábil y el lunes fue festivo, por lo tanto, se establece que tiene que recorrerse la fecha.

Explicó que hasta el pasado viernes se habían inscrito para participar Rolando Adalberto Flores López; José Ricardo Camacho Acevo; Gilberto Tomás Ricardo Hidalgo Moreno; Eduardo Alberto Salazar Vargas; Eligio Sierra Peña, así como Salvador Sánchez Ruanova.

Será este martes hasta las seis de la tarde cuando se puedan recibir las solicitudes de los aspirantes, dijo.

El “Chiquihuite” sin auditar

La presidenta de la Comisión Inspectora reiteró que sigue la investigación en torno a las obras que no fueron auditadas por la Auditoría Superior del Estado, a las que se acaba de suma la remodelación del estadio Cuauhtémoc.

Recordó que en total son 13 mil 300 proyectos que se realizaron en el periodo 2011-2018, de los cuales 5 mil 200 no fueron auditados y que representan 33 mil millones de pesos de los que no se tiene clara su aplicación, pero particularmente existen 33 obras en las que existe la sospecha de un mal uso de recursos públicos.

Comentó que la semana pasada en la revisión de los libros se encontró que el estadio Cuauhtémoc, en su remodelación no se auditó.

Dijo que la revisión que están realizando en el Congreso de Puebla y no se trata de una persecución política en contra de los funcionarios de las pasadas administraciones estatales, sino aplicar las sanciones correspondientes por los abusos y excesos que cometieron.

Los parches al recubrimiento

El 9 de enero de 2016, Intolerancia Diario documentó que la obra ejecutada por el gobierno de Rafael Moreno Valle, donde se gastaron 680 millones de pesos, presentaba parches con plásticos, ya que se habían desprendido piezas de la fachada, luego de que había sido inaugurado el 18 de noviembre de 2015, es decir en menos de dos meses ya presentaba fallas.

Antes de reinaugurarse el estadio, sufrió una ola de cuestionamientos por el acabado de la obra en redes sociales y medios deportivos internacionales.

Al respecto, la empresa Dünn Arquitectura Ligera justificó los cambios para aligerar la estructura, sin embargo, presuntamente no fue de calidad.

Se informó que el cambio del material de vidro a ETFE (Etileno-TetraFluoroEtileno) fue para reducir peso a la estructura y costos en la obra original.

Asimismo, a pesar de que las normas de protección civil señalan que los materiales que se utilizan en los estados deben ser resistentes al fuego, los aficionados del Club Monterrey el 18 de enero de 2016 le prendieron fuego a las butacas. El acto fue calificado de vandalismo, y se sancionó a la porra regiomontana, pero nunca se explicó porqué ardieron las butacas.

El periódico Reforma reveló que la obra costaría 566.5 millones de pesos, sin embargo, se pagaron 116 millones de pesos más.