La Coordinación Sistémica de Migración, el Servicio Jesuita Migrantes, la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes, y el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la IBERO Puebla, llevaron a cabo la Jornada Cuando migrar es un destierro. aporofobia y Derechos Humanos.

En el marco de esta Jornada, se llevó a cabo la presentación del Informe Procesos Migratorios en México: Nuevos rostros, mismas dinámicas. Esta presentación contó con las participaciones de Arturo González González, SJ director del Servicio Jesuita a Migrantes México; Gerardo Talavera Cervantes, director de la Casa de Refugiados; y Sara Elia Salazar Gracida, encargada de comunicación de REDODEM.

Gerardo Talavera Cervantes destacó que, de las 2,941 mujeres registradas, el 5% dijo estar embarazada y un 3% comentó no saber si estaba o no en gravidez. Dichos números reflejan que a su paso por México hayan nacido 1771 (niños-niñas) de madres migrantes.

Igualmente, añadió que el 91.7 por ciento de las personas migrantes, oscilan entre los 18 y 44 años, es decir, forman parte de la población económicamente activa, situación que implica un reto para el país. Del mismo modo, señaló que el 83% de mujeres y niños, viajan solos.

En este sentido, el titular de la Casa del Refugiado destacó que el 66.4 por ciento de los migrantes, considera a Estados Unidos como su país de destino; y el 28.6 por ciento ve en México como su país destino“Esta cifra presenta un incremento considerable respecto a años anteriores, hecho que nos marca como país con intenso movimiento migratorio”.

Lo anterior, obedece a dos factores fundamentales, el económico 84.6%, seguido de la violencia 11.7% y otros factores el 3.7% “El económico hace alusión a la falta de empleo, la búsqueda de una mejor calidad de vida, y a empleos mejor remunerados en los países de destino. Sobre violencia, es la generalización de ésta en sus países de origen, el crimen organizado, la violencia doméstica y la persecución política” puntualizó Gerardo Talavera.

Sobre el tema de refugiados, el especialista subrayó que al menos 4 mil 244 personas son las que buscan refugio en México o Estados Unidos, de las cuales el 62.2 por ciento son de Honduras, el 20.1 de El Salvador, el 8.8 por ciento de Guatemala5.5% de Nicaragua, y 3.5 de otros países.

Por su parte, Arturo González González, SJ centró su participación en los delitos y violaciones a los Derechos Humanos que sufren las personas que pasan por México o que se quedan en el país; así como el balance de la política migratoria del gobierno de Enrique Peña Nieto y del actual, de Andrés Manuel López Obrador.

Comparando los corredores migratorios en América Latina, los Jesuitas tenemos cuatro redes de migración. Una que es la Red del Cono Sur, la Red Venezuela-Colombia, la Red del Caribe, y la Red CANA. Comparando este flujo migratorio, podemos decir que el tránsito de CANA es el más peligroso, porque están los cárteles más peligrosos señaló el jesuita.

En este sentido, mencionó los cinco delitos recurrentes de los cuales son víctimas los migrantes son: el robo, las lesiones, el secuestro, el abuso de la autoridad y la extorsión. Violaciones que han aparecido a lo largo de los seis informes que han presentado. Siendo el robo cometido por el crimen organizado, el que siempre ha ocupado el primer lugar.

Teniendo como escenario los principales delitos que se comenten hacia los migrantes, el jesuita señaló que los derechos humanos que se violan, principalmente, son el derecho a la propiedad privada de las personas, el derecho a la integridad física, y el derecho a la libertad personal.

En su intervención, Sara Salazar explicó la estructura de la presentación, haciendo mención que la Red está conformada por casas, albergues, comedores, estancias y organizaciones integrantes de la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (REDODEM).

Previo al informe, se llevó a cabo la presentación del libro Empezar de Cero: Historias de vida. Participaron Samantha Mina, de la coordinación Sistémica de Migración; Ausencia Bravo, de la Asamblea Popular de Familias Migrantes; y Guillermo Yrizar, del IDHIE.

Guillermo Yrizar, responsable de Asuntos Migratorios del IDHIE, comentó que la aporofobia es el rechazo al pobre, situación que va contra la dignidad humana y es excluyente. En este sentido, puntualizó que en una población no puede existir aporofobia, por ello México no puede permanecer en esa dinámica.

Actualmente vivimos una contradicción entre un discurso inclusivo hacia nuestros migrantes, y el trabajo realizado a favor de los migrantes, ya que muchas políticas públicas se han visto truncadas ante de la presión económica que impone Estados Unidos”, comentó el responsable de Asuntos Migratorios del IDHIE.

Sobre Puebla, el especialista señaló que, en 2017 fueron 25 mil personas los que retornaron al estado, 5% por debajo de la media nacional (Puebla tiene 0.4 con más jóvenes retornados). “El 67 por ciento de los retornados regresaron a comunidades con poblaciones menores a 15 mil habitantes” comentó Guillermo Yrizar.

Samantha Mino Gracia señaló que el contexto para esta publicación surge con la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, situación que impulsó la idea de la Coordinación de Migración de las universidades jesuitas, de visibilizar las comunidades migrantes del país.

Si bien, había deportaciones con Barack Obama, pero el discurso xenófobo de Trump es lo que prende las alarmas para organizarse y acompañar a los migrantes deportados, mismos que regresan a un país que no conocen o bien, que los excluye” destacó Samantha Mina.

Del mismo modo, comentó que la estructura de Empezar de Cero: Historias de vida, consta de 12 testimonios y una introducción del contexto migratorio. “Estos testimonios fueron bien cuidados para no abrir heridas, pero dejó grandes lecciones porque permitió generar nuevos grupos y dinámicas entre ellos para seguir visibilizando el problema de las personas deportadas”.

Por su parte, Ausencia Ariza Bravo brindó su testimonio de su propia deportación. La nacida en Santa Ana Necoxtla, entró a la Asamblea por un sueño: regresar a Estados Unidos a visitar a su hija. Mi historia nace en 1989, cuando un coyote me lleva a Tijuana. Mi casa fue un lugar vacío por varios días, para finalmente poder cruzar seis días después. Nos llevaron junto a un cerro y fue que a las 11 de la noche, en el cambio de turno, cruzamos en medio del cerro”.