Papás, familiares, amigos, catedráticos y compañeros de Ximena Quijano Hernández y José Antonio Parada Cerpa, alumnos de Medicina de intercambio de la UPAEP, internos de pregrado de Colombia que fueron asesinados en Huejotzingo, participaron en una misa oficiada por el obispo auxiliar de Puebla, Felipe Pozos Lorenzini, en la capilla de la universidad. 

Durante la misa, se recordó también a  Francisco Javier Tirado Márquez, estudiante de la Facultad de Medicina de la UAP, que también realizaba prácticas de servicio social y al conductor del Uber, José Emmanuel Vital Castillo, quienes también aparecieron sin vida, con marcas de violencia y disparos con armas de fuego durante las primeras horas del lunes 24 de febrero.

Previo a la liturgia, la comunidad universitaria realizó una oración, después el obispo auxiliar pidió por el descanso eterno de los chicos que fallecieron y porque regrese la paz a Puebla y a México.

"No son uno más, tenemos que pensar en la hola de violencia que a todos nos ha alcanzado; Dios no quiere la muerte. Por eso, nuestro hermano, padre de familia, decía que está bravo, está es una oración de reclamo; por qué permitiste esto, por qué sucedió esto", subrayó.

Recordó que el tejido social se encuentra roto y es momento de comenzar a reconstruirlo desde el primer núcleo de la sociedad, la familia.

También pidió porque cambien de actitud las personas que cometieron las ejecuciones y explicó que en su momento, serán llamados a rendir cuentas.

"Pedimos porque regrese la paz y la tranquilidad a Puebla; le pedimos a la virgen; ella no entendió por qué su hijo estuvo en la cruz, pedimos les consuele".