En un ambiente de incertidumbre marcado por la pandemia del coronavirus, el Papa Francisco ofició la misa de Domingo de Ramos, la cual marca el inicio de la Semana Mayor de la Iglesia Católica en la basílica de San Pedro.

Por primera vez en mucho tiempo, el templo religioso no tuvo aglomeración a consecuencia de las medidas para evitar más contagios por coronavirus.

La misa oficiada por Papa Francisco se llevó con normalidad, bendijo los tradicionales ramos.

Al momento de la reflexión, el Sumo Pontífice exhortó a los millones de fieles a aferrarse a la fe en estos tiempos de incertidumbre y seguir las recomendaciones de las autoridades de salud.

"Hoy, en el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan, frente a tantas expectativas traicionadas, con el sentimiento de abandono que nos oprime el corazón, Jesús nos dice a cada uno: 'Ánimo, abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios, que te sostiene'.

En parte de se discurso, el argentino se dirigió a la juventud global y resaltó el esfuerzo de todos los que salen a trabajar diariamente pese al riesgo de contagio.

Italia se mantiene como el país europeo más lastimado por el coronavirus al sumar 15 mil 362 muertos desde el primer deceso vinculado al virus a finales de febrero.