El 3 de mayo se conmemora en diversas partes del continente americano el Día de la Santa Cruz, la cual data del siglo IV.

De acuerdo con los historiadores, esta fecha surge desde la antigua Jerusalén cuando  Constantino tenía que enfrentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio.

La noche previa al hecho tuvo un sueño en el cual dijo ver una cruz luminosa en los aires y escuchó una voz:

“Con este signo vencerás a todos aquellos que te persiguen“.

Al empezar la batalla, Constantino ordenó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y exclamó:

“Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena“.

Luego del triunfo de Constantino, este llegó a ser emperador y dio libertad a los cristianos. Por su parte, Santa Elena, madre del emperador, pidió permiso a su hijo y fue a Jerusalén a buscar la Santa Cruz en la que Cristo murió. Después de muchas excavaciones encontró tres cruces y no sabían cómo distinguir cuál era de Jesús.

Desde entonces, esta fecha se ha celebrado en Jerusalén y muchos pueblos del mundo el 3 de mayo como la fiesta del hallazgo de la Santa Cruz.

Por otro lado, desde hace varios siglos, los trabajadores de la construcción en todo el continente americano conmemoran esta fecha como un 'año nuevo' en el que agradecen no haber sufrido algún accidente laboral.

Cada 3 de mayo, los albañiles y jefes de construcción realizan misas y procesiones con las cruces que adornan con flores y madera.

Estas cruces son puestas en la parte alta de los inmuebles que están en obra negra, las cuales, según la creencia, protegerán a todos aquellos que participan en la elaboración y evitará accidentes.

Por otro lado, en este día, los albañiles reciben una comida especial en la que los patrones les celebran su esfuerzo diario durante todo el año.

Este 3 de mayo será distinto, pues la actual pandemia del coronavirus ha dejado sin posibilidad de que se hagan los tradicionales 'bailongos'.