El presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado, Gabriel Biestro Medinilla, advirtió que la reparación del edificio central del poder legislativo no podía posponerse ya que  en las condiciones en que se encontraba de acuerdo a dictámenes de las autoridades, y especialistas de la BUAP, representaba un riesgo para quienes ahí laboran, diputados, o personas acuden a las sesiones.

Explicó que el año pasado no se pudieron aplicar los 12 millones de pesos presupuestados para intervenir, y este año se pudo incrementar un poco más la cantidad a fin de abarcar más y no solo colocar parches de yeso para simular que está en buen estado, ahora se están colocando refuerzos de acero, cumpliendo con la especificaciones de especialistas.

“Lamentablemente por la pandemia se tuvo que cerrar el edificio en el mes de marzo para evitar el riesgo de contagios. Hay que recordar lo reducido de las oficinas y el personal que ahí labora, no hubiera cumplido con la sana distancia”.

“De lo que pueden estar seguros, es que nosotros vamos a transparentar las obras, diremos lo que se encontró, pues supuestamente había sido intervenido después de los sismos de 1999, y 2017, la realidad es que hubo cosas mal hechas. Todos los recursos que se apliquen serán comprobados”.

Biestro Medinilla comentó que se tiene que garantizar la seguridad total para quienes asistan al Congreso cuando el semáforo de la pandemia esté en verde, y no sólo se trata de que no se presenten contagios, sino de evitar una tragedia en caso de un sismo.

“Hay que señalar que no fue una ocurrencia para gastar el dinero de los poblanos, sino el seguir las recomendaciones de los especialistas, incluso recordemos que un estudio de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla presentado a finales de abril de 2019 recomendaba cambiar la sede”.

Comentó, qué en una revisión realizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), también el año pasado, hizo recomendaciones para que se restaurara el inmueble, y se coincidió en que representaba un riesgo.

Biestro Medinilla advirtió que por la crisis que se vive, la construcción de una nueva sede como se había pensado hace un año, es prácticamente imposible en el corto plazo, por lo que reparar el inmueble es la mejor opción.

“Quiero señalar que los trabajos están siendo supervisados por peritos del INAH, no se está improvisando, el salón de plenos será seguro para las sesiones, recordemos que el área de galerías en la parte alta tuvo que cerrarse al público por recomendaciones de Protección Civil. Esperemos que al terminar el edificio sea funcional”.