Tras la detención del expolicía de Minneapolis, Minnesota, Derek Chauvin, implicado en el asesinato de un hombre afroamericano durante su arresto, se ha notificado que su esposa Kellie Chauvin, solicitó el divorcio.

La mujer aseguró sentirse “devastada” por la muerte de George Floyd y “envió sus condolencias a los familiares, seres queridos y a todos quienes están de luto” por el fallecimiento.

A través de un comunicado de prensa, la representación legal de Chauvin detalló que sus hijos “no son producto de su matrimonio actual”, por lo que reiteraron la necesidad de garantizar su seguridad y respeto.

Por su parte, el fiscal del condado de Hennepin, Mike Freeman, anunció el día del arresto que sería acusado de asesinato en tercer grado y homicidio involuntario.