Del 14 de abril a la fecha, en Puebla han fallecido cinco sacerdotes a causa del COVID-19. Los últimos fueron Joaquín Fausto Silva Omaña, quien era párroco de San Cristóbal Tepatlaxco, y  Juan Francisco Espino Godínez, párroco de San Miguel Arcángel Hueyotlipan, uno de los templos de la capital que recibe migrantes.

La Arquidiócesis de Puebla dio a conocer los últimos fallecimientos registrados el fin de semana, e indicó que hasta el momento esperan las indicaciones para la reapertura de los templos.

Dos de los sacerdotes que fallecieron tenían menos de sesenta años, y estaban al frente de sus respectivas parroquias.

La arquidiócesis llamó a respetar el aislamiento así como la sana distancia y estar atentos a las disposiciones de las autoridades.

La institución recordó que desde hace más de dos meses las misas solo se transmiten por redes sociales, y los templos se encuentran cerrados al público, pero se irán abriendo conforme la autoridad informe que el riesgo es menor.

Juan Francisco Agustín Espino Rodríguez nació el 29 de agosto de 1965, fue ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1992, y desempeñaba diversos cargos al interior de la arquidiócesis, además de ser el párroco de de San Miguel Arcángel Hueyotlipan, uno de los tres templos que reciben migrantes para brindarles ayuda humanitaria.

Joaquín Fausto Silva Omaña nació el 16 de agosto de 1960 en Ahuehuetzingo, fue ordenado sacerdote el 8 de septiembre de 1988, y era párroco de San Cristóbal Tepatlaxco

Las dos primeras víctimas

El pasado 15 de abril a través de un comunicado, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa informó  del fallecimiento esta madrugada de miércoles de José Guadalupe Sanguino Fuentes y de Valentín Ramírez Tlaque.

De acuerdo con el directorio eclesiástico nacional, el padre José Guadalupe Sanguino Fuentes nació el 4 de febrero de 1932 y fue ordenado el 18 de octubre de 1959. Era canónigo del cabildo metropolitano poblano y estaba activo en su ministerio pastoral en la capital poblana.

El presbítero,  Valentín Ramírez Tlahque nació el 22 de octubre de 1951 y fue consagrado sacerdote el 23 de abril de 1978. La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Coronango, Puebla, lamentó la muerte de quien fue uno de sus párrocos.

Los sacerdotes ya retirados vivían con sus familias y habían estado a cargo de templos de la capital del estado.

Por otra parte, se señaló que en el caso de religiosas y sacerdotes que hacen su apostolado en hospitales de Puebla, se ha pidió que lo suspendan a fin de que no sean un vehículo de transmisión del virus.

Las víctimas

José Guadalupe Sanguino Fuentes, 85 años de edad.

Valentín Ramírez Tlaque, 68 años de edad.

Álvaro Ramírez Hernández, 97 años de edad

Joaquín Fausto Silva Omaña, 59 años de edad

Juan Francisco Espino Godínez,  54 años de edad