Con información de Natalia Mora Cruz

“Somos pobres… tenemos que mantener a nuestras familias”, señaló con una voz desesperada, Martín Moreno López, campesino y extrabajador del proyecto minero Ixtaca. Otras dos voces también relataron a Intolerancia Diario la urgencia de reactivar las actividades en la mina para volver a laborar en ella.

La minera Gorrión en Ixtacamaxtitlán generó una activación a la economía local hace dos años, pero en octubre del 2019 el empleo que ofreció a varios pobladores concluyó ante la lentitud de los permisos que debería aprobar o rechazar el gobierno federal.

Una de las pausas legales obligadas se debió a un amparo interpuesto por el ejido Tecoltemi y las protestas de una agrupación de resistencia de mujeres del municipio Ixtacamaxtitlán; ambos advierten riesgos ambientales en la zona por el proyecto de minería a cielo abierto que busca extraer oro y plata en la Sierra Norte de Puebla.

Comenzó el desempleo

Hasta hace un año, la minera ofrecía empleos con prestaciones laborales como seguridad social, aguinaldo y primas. Adicionalmente el proyecto Ixtaca realizaba labores en la comunidad de Santa María Zotoltepec, situada en el municipio de Ixtacamaxtitlán como cursos gratuitos de lectura, inglés y la donación de libros de texto para escuelas primarias.

Una de las personas que quiere que el proyecto minero se reactive es Martín Moreno López. Le pagaban 350 pesos al día y con sus sembradíos de temporal, eran suficientes para sostener a su familia de seis integrantes.

Desde que se la minera tuvo que suspender sus actividades debido a que los permisos se han retrasado, Martín trabaja como campesino y gana cien pesos al día, por dedicarle entre 8 y 9 horas a otros cultivos. Este año, sus sembradíos no han arrojado buena cosecha debido a la falta de lluvias.

Cuando yo trabajaba en la empresa, la verdad nos trataba bien y había buen sueldo, se vivía y se comía mejor”, relató Martín Moreno.

Dos de los hijos del señor Moreno López quieren migrar a trabajar en la ciudad, pero Martín teme que se infecten de la Covid, así que prefiere sacrificarse nueve horas diarias trabajando como campesino para que estén a salvo. Uno más, estudia bachiller, y no hay Internet, por ello requiere adquirir datos para su celular y así poder hacer sus tareas. Hoy Martín gasta más dinero en la educación de su hijo, adicionalmente tiene gastos al ser abuelo.  

El hotel también cerró

María Gloria de Jesús Cárcamo, es otra víctima indirecta del desempleo. Ella trabajó hace seis años para la minera y después decidió emplearse en el Hotel de San Francisco como cocinera.  

La pandemia y la baja actividad de la minera ocasionaron que fuera un mal negocio mantener abierto el inmueble. El hotel cerró sus puertas y Gloria se quedó sin empleo. Ahora, ella depende económicamente de sus dos hijos, uno es arquitecto y otra maestra.

Desde que inició la pandemia se fueron los mineros y sinceramente no hay nada de trabajo, todo está caído en los negocios”, relató en una entrevista telefónica María Gloria de Jesús.

Añadió que su tercer hijo se encontraba en la universidad pero tuvo que dejar los estudios, ya que no era posible invertir en su educación, porque no alcanzaba para los gastos del Internet.

De Jesús Cárcamo reveló que un grupo de pobladores de Ixtacamaxtitlán presentaron alrededor de 800 firmas a Semarnat para urgir a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales que continúen los trabajos de la Minera Gorrión y con ello se reactive la economía de la zona. Hasta la fecha no ha habido respuesta.

Urgen a Semarnat

Areli Sánchez Zacatepec es una estudiante universitaria en la licenciatura de Intervención Educativa, ella se sostiene gracias a una beca otorgada por el servicio que realizó durante sus prácticas.

Su papá trabajaba en la mina, era velador y su sueldo era suficiente para mantener a su familia. Ahora ella vive aparte y su padre se encuentra desempleado. Él se mantiene económicamente de un programa del Gobierno Federal, pero no todos han tenido la misma suerte.  

“Yo y otras personas nos organizamos cuando vimos el impacto económico que en su momento tuvo la minera y que beneficiaba a todos. Fuimos a México a Semarnat para que nos diera una respuesta como tal, pero no dieron la dieron, porque interpusieron un amparo” explica Areli Sánchez Zacatepec, estudiante universitaria originaria de Ixtacamaxtitlán.

Aunque ya existe una resolución sobre el amparo interpuesto, al momento la Semarnat no ha resuelto sobre el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) necesario para que el proyecto pueda continuar.

La resistencia

Tecoltemi que se define como una comunidad Nahua y se ha pronunciado desde el inicio en contra de la instalación de la empresa canadiense Almaden Minerals Ltd. y su filial mexicana Minera Gorrión S. A. de C. V.

El año pasado, el ejido interpuso un amparo en donde argumentó la violación al derecho a la consulta y al consentimiento, así como al derecho a la tierra y al territorio.

Otro grupo opositor es el que encabezaron diferentes mujeres y busca evitar que se instale una mina a cielo abierto para “apostar por un medio ambiente más sano”, señala Irma González Rodríguez, en un reportaje llamado “Mujeres contra la mina” publicado en 2017. 

Su principal temor de esta agrupación de mujeres es que se contamine la cuenca de agua que está cerca del proyecto, debido al uso de químicos como el cianuro, mercurio y ácido sulfúrico, que se aplican en la minería.  

El llamado

Martín, María Gloria y Areli urgieron a la Semarnat para que se pronuncie y resuelva el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA). Confiaron en que la reactivación de actividades en el Proyecto Ixtaca permita que nuevamente la economía de la zona se fortalezca y nuevas fuentes de empleo se abran ya sean de manera directa o indirecta.