Los ambulantes se  pasaron por el arco del triunfo el exhorto del encargado de la Secretaría de Gobernación del Ayuntamiento de Puebla, René Sánchez Galindo. Los informales confirman que, al 29 de diciembre de 2020, reinan en las calles del Centro Histórico.

El decreto del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta terminó siendo letra muerta. Si lo visto hoy atisba el panorama de los siguientes días, es factible entender que las medidas del semáforo rojo no se respetarán, ante la falta de autoridad de la dependencia de Sánchez Galindo.

Durante el transcurso de este último virulento miércoles de 2020, algunos ambulantes respetaron la determinación estatal, pero al notar que sus pares ignoraron a la autoridad del Ayuntamiento decidieron instalarse.

La 5 de Mayo se transformó en un gigantesco mercado de fayuca, ropa, gadgets, relojes, perfumes y tenis de dudosa procedencia, al  igual que las laterales de la 6 a la 16 Poniente-Oriente.

Pero si los restaurantes del sector empresarial lucieron sin comensales por la imposición de venta para llevar, la 5 de Mayo entre la 8 a la 16 Poniente-Oriente se transformó en un gigantesco buffet.

La oferta para los comensales fue rica en variedad: desde los típicos esquites, chalupas, tacos de cabeza, birria, consomé y hasta un humeante vuelve a la vida, por precios módicos que no superaban los 100 pesos.

Del pinturesco panorama formaron parte los uniformados de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). Los policías apostados en cada equina simplemente fungieron como un ornato más, porque la autoridad municipal los dejó allí hasta las últimas horas de este martes 29 de diciembre.