El comienzo visceral de las campañas políticas rumbo al proceso del domingo seis de junio alejará a las personas de la contienda, en donde los protagonistas olvidaron propuestas reales para solucionar la situación económica y social que enfrenta la población desde el 2020, con la invasión del Covid-19. 

Pero además los contendientes, con descalificaciones y manipulación, intentan que los electores hagan valer su voto a través de emociones.

Bajo esa perspectiva las campañas no son innovadoras y únicamente responden a los intereses particulares y económicos de  cada uno de los candidatos de las alianzas, coincidieron los investigadores de la Facultad de Filosofía de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Roberto Casales García, Livia Bastos Andrade, Rubén Sánchez Muñoz, y Daniel Reyes Cárdenas. 

El también  director de Filosofía, Casales García, acentuó que las actuales campañas políticas pretenden que los votantes salgan en junio a ejercer el sufragio “con las tripas” a través de  impulsar emociones, sin argumentos ni propuestas.

“Muchas veces, repetimos el discurso que ya tenemos en casa, el discurso de la gente que está cercana. Lo único que hacemos, es repetir comentarios, esto es terrible", mencionó.

Lamentó que no se fomente una práctica de revisar quiénes son los candidatos, de ver lo que las diferentes fuerzas políticas han hecho por el país.

"Estamos votando con las tripas; muchos de los comentarios no tienen fundamento”, subrayó. 

En el  transcurso de la mesa de análisis virtual “Elementos para la construcción de un diálogo y un debate social razonable y constructivo”, refrendó que las campañas políticas influyen en el ambiente social y los electores terminan yendo a las urnas sin enterarse ni valorar las propuestas de los candidatos.

“Inciden demasiado las campañas políticas en el ambiente social, desafortunadamente estamos acostumbrados en tomar las decisiones sobre por quién votar; no por el convencimiento por propuestas o por algo serio que diga; estamos más motivados por factores emocionales y no por razones objetivas que nos permitan valorar si ese candidato es bueno o no, esto no solo afecta en la decisión de votar, afecta en la visión que tenemos".

Las campañas no se fundamentan en información comprobable y pueden ocupar hasta noticias falsas con la meta de llamar la atención de los electores y generar rechazo hacia el contrincante, advirtió el investigador de la Facultad de Filosofía, Rubén Sánchez Muñoz. 

Las noticias falsas, indicó, tienen el objetivo de impactar en las emociones en tiempos de campaña, en tiempos electorales.

'Vamos, no sabemos si son verdaderas o si son falsas, pero buscan causar indignación, coraje, odio, cierto recelo como el que ahora se vive".

Priorizó que las estrategias electorales en esta contienda se fundamentan en manipular las emociones y, en ocasiones, los electores son medios de difusión con sus redes sociales, sin importar si la información es fidedigna.

“Impacta la difusión de noticias en tiempos electorales y no electorales, luego esas noticias, las vamos difundiendo, la vamos distribuyendo; nos dejamos afectar emotivamente por una noticia y, nosotros mismos, nos volvemos en un medio", sentenció.

Recomendó tener cuidado con este proceso informativo y electoral porque hacen falta propuestas de nuestros candidatos y que dejen de trabajar en el desprestigio.

"Queremos ver qué es lo que nos proponen, qué van a hacer, más allá de echarle tierra al contrincante”.

La investigadora Livia Bastos insistió que las campañas iniciaron con descalificaciones y sin respeto a un intercambio de ideas ni de planes de gobierno.