Mientras en países donde se tiene consolidada la cultura preventiva contra sismos, como Japón, con lectores instalados cada dos kilómetros en México existe un déficit, pero además de acuerdo a estudios de la UNAM se espera un terremoto de 8. 2 grados en la escala de Richter por la brecha sísmica de Guerrero que se mantiene inerte desde hace más de 100 años sin movimientos importantes. 

Durante la mesa de Remembranzas del Sismo del 15 de junio de 1999, lecciones y avances, desarrollada por los catedráticos de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP, Eduardo Ismael Hernández y Gerardo López Arciga, coincidieron que en Puebla pese a los últimos movimientos telúricos, el patrimonio histórico se mantiene de pie por la pruebas de error usadas en esa época. 

Los especialistas lamentaron la falta de visión y de inversión de las autoridades en este segmento de la investigación preventiva. 

Gerardo López en este camino de forjar una nueva cultura sísmica pidió el apoyo de la comunidad y a los medios de comunicación generar información el próximo martes 15 sobre sismos para recordar el temblor violento ocurrido esa fecha pero de 1999.

Mientras en 1985, el terremoto fue en la mañana a las 7 horas, en 2009 ocurrió a la hora de la comida, en 2017 el 19 de septiembre de septiembre a las 11:45 horas, recordaron. 

En ese contexto, Eduardo Ismael Hernández priorizó que esos temblores confirman que existe la necesidad de acentuar una cultura preventiva en todos los niveles gubernamentales y sociales porque conforme a estudios serios de la Universidad Nacional Autónoma de México, se espera un movimiento de  8.2 grados Richter que pondrá a prueba los programas de la norma técnica de autoridades nacionales, estatales y municipales.