Por ser un templo cuya construcción data del siglo XVI y XIX, que conserva una de las joyas más ricas del barroco mexicano, la Secretaría de Turismo entregó de manera oficial el reconocimiento como "La Iglesia más bella de Puebla 2011" al Templo de Santa María Tonantzintla, ubicada en el municipio de San Andrés.
El titular de Sectur, Ángel Trauwitz Echeguren, anunció una inversión de un millón de pesos para la difusión y promoción de la Iglesia. Al año, más de 10 mil turistas ‚Äîlocales, nacionales y extranjeros‚Äî visitan la junta auxiliar de Tonantzintla para admirar la riqueza y la fusión de la cultura prehispánica y la religión católica en el interior de su Templo.
En representación del alcalde de San Andrés, la presidenta del DIF municipal, Liliana Castillo Terreros, agradeció la distinción que la Sectur por el nombramiento y por la difusión que permitirá generar una mayor derrama económica para los habitantes de la región.
"Todos los ciudadanos de San Andrés nos sentimos muy orgullosos de este reconocimiento, la Iglesia ‚Äîde estilo barroco indígena‚Äî sorprende por su riqueza artesanal, por sus detalles que las hacen bellas."
Resaltó que en cada junta auxiliar y barrios del municipio cuentan con iglesias que también son dignas de conocer, visitar y admirar; por lo que extendió la invitación a todas las personas a que conozcan la Iglesia de Tonantzintla; así como también, los diversos lugares que el San Andrés Cholula ofrece a sus visitantes en esta temporada de semana santa.
Por último, convocó a la ciudadanía a cuidar de las áreas y espacios de la entidad, a fin de mantener una imagen limpia, que contribuya a destacar las bellezas de la región.
El barroco mexicano
La iglesia de Santa María Tonantzintla cautiva a propios y extraños por la exquisitez del barroco mexicano. Inició su construcción en el siglo XVI y para el siglo XVII ya contaba con un crucero, cúpula, sacristía y altar mayor; alrededor de esas fechas se iniciaron las labores decorativas con estuco.
En 2010 investigadores e historiadores de Francia filmaron un documental para mostrar el arte de las manos indígenas quienes modelaron las yeserías, plasmaron en ellas su propio universo; el arcón guarda en su interior una de las joyas más ricas del barroco mexicano, donde se pueden apreciar ángeles morenos, nichos con penachos de plumas, frutas tropicales, destacando el "alimento de los dioses", el maíz e innumerables caritas de niños.
El guía de la zona calificado por el INAH y la Secretaría de Turismo, Alejandro Martínez menciona que aunque no se tiene un dato preciso, la edificación fue en cuatro etapas que abarcan desde el siglo XVI al XIX, entre las cuales se relatan los episodios religiosos de la anunciación, la concepción, la asunción y la coronación de la Virgen María.
"La iglesia forma parte del patrimonio mundial de la Humanidad y son los habitantes de esta comunidad, quienes se encargan de cuidarla, protegerla, preservando en todo momento el templo ‚Äîcorazón de los tres barrios de San Miguel, San Diego y San Pedro‚Äî sus costumbres y tradiciones", señala Alejandro Martínez.
En su altar o baldaquín está situada la imagen patronal del pueblo, La Inmaculada Concepción de María; en la parte superior se localiza San Miguel Arcángel y un monograma dedicado a la patrona.
"Para aquellas personas que vienen por primera vez, se les recomienda que contemplen detenidamente la cúpula, ya que es lo más representativo del arte indígena dedicado al dios Tláloc.
"Lo admirable es ver las caras de niños, niñas, frutos, flores, sus colores, las plantas, insectos, todo lo que se puede observar en dorado son hojas que simbolizan la pureza, pero lo representativo es ver la variedad de cada elemento, como las caritas de los niños que no se repiten".
El valor indígena
"Para los investigadores, esta iglesia fue el único lugar donde se permitió a los indígenas que se expresaran espiritual y artísticamente, aquí se encuentra su expresión de libertad."
Los niños son representados con su tocado de plumas, que simbolizan nobleza, sabiduría o servicio a la comunidad; en la época prehispánica se premiaban a las personas que hacían un servicio a la comunidad con plumas, que dependiendo el grado heroico se otorgaban plumas de águila, quetzal o colibrí; las cuales tenían más valor que el oro y la plata.
El cuidado Cada barrio de Tonanzintla cuenta con su propia capilla, y cada año los barrios nombran a la familia que se hará cargo del cuidado del templo; para su cuidado las familias que se eligieron se tienen que organizar asignando cargos honoríficos. Los cargos por importancia son fiscal, teniente, cera mayordomo, porteros, mandones, mayordomía, dibutadias, cochiques y topiles; cada uno con responsabilidades específicas.