Ubicada entre montes y cerros, olvidada por las autoridades y con grandes carencias, está la inspectoría San José Xaxamayo. Los habitantes de la zona se quejan de la falta de agua, de alumbrado público y de servicios básicos de salud y educación.
Basta con cruzar la presa de Valsequillo en panga, para vislumbrar las grandes diferencias que existen entre la capital poblana y la inspectoría, cuyo inicio del camino es de terracería, cuando llueve se convierte en un lodazal donde nadie puede caminar.
La principal carencia es el agua potable. Gloria González, de 36 años, habitante de Xaxamayo, aseguró que es un problema que existe desde que ella nació, y detalló que desde siempre han tenido que acarrear el agua o bien comprar pipas del vital líquido. En este sentido, Flora López, otra habitante de la inspectoría, puntualizó que el costo de cada pipa asciende a 800 pesos, mismos que no están a su alcance pagar. De la misma forma reconoció que acuden al arroyo, el cual está a 5 kilómetros y a través de castañuelas acarrean el agua en sus burritos, pese a ello, destacó que está casi seco y no abastece a toda la comunidad.
El alumbrado público —comentaron— es nulo, ya que ni siquiera las calles principales están iluminadas, lo que representa un riesgo para las personas mayores, pues en los caminos sinuosos tropiezan y corren riesgos, sin embargo, negaron que la zona sea insegura.
Por otro lado, afirmó Martina Méndez, otra habitante cuestionada, que para recibir atención médica se debe ir a Los Ángeles Tetela, ya que en la zona no existe ni una sola clínica que los atienda. Además de que señaló que los medicamentos los tienen que adquirir por su cuenta, y reconoció que —en muchas ocasiones— no tiene el dinero suficiente para comprarlos.
En cuanto a las escuelas, Gustavo Carrera, director de la escuela Carmen Serdán, señaló que sólo existe una de nivel primaria, un preescolar y una telesecundaria. Los grupos, detalló, son de 30 personas.
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