De acuerdo con los reportes oficiales que tiene el ayuntamiento de Puebla, la fuga de lixiviados no han sido controladas por la empresa concesionaria RESA, lo que pone en riesgo de contaminarse a los mantos freáticos de la región.
Pero, sobre todo, habrá vigilancia estricta a la operación de la empresa concesionaria RESA para hacer cumplir los requerimientos que ha hecho el ayuntamiento para mejorar las condiciones del tiradero.
Aún cuando al momento no se han presentado problemas graves como para cancelar el servicio de concesión, la autoridad municipal no está nada contenta con el funcionamiento del relleno sanitario que mantiene en control RESA. De hecho, de generarse mayores problemas en el servicio el ayuntamiento podría analizar la posibilidad de cambiar de empresa mediante la cancelación del contrato que tiene una vigencia de por lo menos 15 años más.
De esto habló el presidente Eduardo Rivera Pérez, quien aceptó que encontraron varias inconsistencias en el manejo de los residuos sólidos del lugar, sobre todo en el manejo de los lixiviados por la descomposición de la basura.
Al respecto, el edil admitió que la autoridad municipal ha estado al pendiente del funcionamiento del tiradero municipal después de los reportes que se han tenido sobre algunas irregularidades.