La administración del Rastro Municipal solicitará a Regulación Sanitaria de la Secretaría de Salud, realizar muestreos a través de un laboratorio autorizado que garantice la sanidad de la carne que sale del servicio de matanza para evitar que ésta contenga clembuterol.

Lo anterior, luego de que Industrial de Abasto Puebla impidiera que integrantes del Colegio de Profesionistas de Medicina Veterinaria del Estado de Puebla, realizaran un muestreo para detectar dicha sustancia, aparentemente por no cumplir con los requisitos de solicitud para realizar esta medición.

Así lo reconoció el director de Industrial de Abasto, Alejandro Landero, quien precisó que se ha solicitado la intervención de otras instancias para hacer revisiones cotidianas al matadero con el objetivo de garantizar la sanidad de la carne.

Indicó que para aminorar estos riesgos, al momento de la matanza se decomisan los órganos de los animales sacrificados (como los hígados) para impedir que el producto se ponga a la venta.

Asimismo, señaló que se está trabajando coordinadamente con introductores para evitar la entrada de ganado sospechoso de haber sido engordado con clembuterol, y para que las instancias sanitarias realicen estudios de laboratorios cotidianos para mantener el control de la carne.

Alejandro Landero reconoció que las medidas son insuficientes para tener el control de carne contaminada, pues hace falta la participación de más autoridades responsables para la revisión periódica de los productos cárnicos.

Destrucción de carne contaminada

En promedio son retenidos más de 4 mil hígados de ganado al mes para evitar que lleguen a carnicerías y mercados del municipio, por lo que al año en promedio se destruyen 4 toneladas y media de estas vísceras.

El responsable de Industrial de Abasto recalcó que para evitar el consumo de los hígados contaminados, se procede al desecho de los mismos y a través de la aplicación de ácido fénico, se disuelve la víscera y se convierte en composta.

Cabe señalar que el cerco sanitario que se realiza en el Rastro Municipal incluye también la detección de otras enfermedades que pudiera padecer el ganado, como tuberculosis, cisticercosis, cólera, salmonelosis, entre otros padecimientos que pueden afectar a los humanos.

El administrador del matadero aseguró que con la prestación del servicio de la matanza del ganado se garantizan acciones necesarias para que la carne que salga sea de calidad y no ponga en riesgo a los ciudadanos.

Sin embargo, recomendó a la población a evitar a cualquier costo el consumo de hígados que, por provenir de lugares clandestinos, son puestos a la venta en carnicerías, taquerías o mercados municipales.

Al día en el Rastro Municipal son sacrificados 500 cerdos, de 100 a 150 reses y entre 30 y 50 borregos, esto bajo la supervisión de catorce médicos veterinarios certificados que se encargan de sellar que la carne que sale del lugar.

De acuerdo a la revisión hecha por especialistas en medicina, 76.57 por ciento de muestras tomadas a carne que se ofrecía en los mataderos dieron positivo a la sustancia.

Se desentienden las autoridades

A más de un año de que las autoridades sanitarias y agropecuarias de la Federación, del estado y del municipio se comprometieron a combatir el uso de clembuterol el ganado para consumo humano en la entidad, ninguno de los tres niveles de gobierno ha hecho nada al respecto.

“Esta falta de atención sólo está provocando que en el corto plazo se convierta en un problema de salud pública que, lamentablemente, se pudo haber prevenido”, señaló el investigador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Puebla, Gerardo Aguirre Espíndola.

En agosto de 2010, la capital poblana fue sede del primer Foro Nacional de Rastros en donde se expusieron las diversas problemáticas que tienen estos centros, así como sus soluciones para mejorar la calidad de los servicios que prestan.

Aguirre Espíndola y otros académicos de la UAP presentaron las conclusiones del estudio “Diagnóstico del clembuterol en rastros municipales del estado”, el cual concluyó que en la entidad se está consumiendo carne contaminada con esa sustancia química, cuya presencia se detectó en catorce rastros poblanos.

Además, en al menos seis de estos establecimientos, el ganado que ingresa presenta concentraciones que exceden hasta en mil 900 por ciento los límites permitidos del uso del fármaco, de acuerdo con las normas internacionales.

Sin embargo, catorce meses después, ni la Sagarpa ni Secretaría de Salud del estado han dado seguimiento a los resultados y recomendaciones hechas por los especialistas, sin que hasta ahora exista un compromiso de parte de las autoridades para contener este problema.