Los comerciantes denunciaron la agresión por parte de los inspectores en contra de cuatro mujeres y un menor de edad durante este operativo, y se inconformaron por la forma en la que fueron tratados por parte de estos servidores públicos municipales, toda vez que no es la primera vez que proceden de esta manera.
Aseguraron que decidieron instalar sus productos de temporada debido a que las autoridades municipales no dieron oportunidad de trabajar, a pesar de las propuestas que presentaron únicamente para comercializar productos perecederos; en cambio —indicaron— a otras organizaciones se les otorgaron todas las facilidades para esta temporada.
Por ello, advirtieron que ante este panorama se mantendrán estos días en esta zona del Centro Histórico pese a ser agredidos en estos operativos encabezados por la autoridad, pues la necesidad de ellos no fue valorada por las autoridades.
Por su parte, el jefe del área, Rubén Mantilla, rechazó tajantemente que durante el operativo hayan sido agredidas cuatro mujeres y un menor de edad, ya que él mismo encabezó el operativo donde no hubo ni agresiones ni afectados.
Titubeante, el funcionario aseguró que incluso no se decomisó mercancía alguna y que sólo se acudió al lugar con 15 inspectores para “exhortar” a los informales a retirarse de las calles de esta zona porque no contaban con permiso para vender.
Sin embargo, una muestra de la prepotencia tanto de Rubén Mantilla como de sus inspectores es que, escoltado por “guarros” como si se tratara de un jefe de Estado, su pandilla confrontó a los medios de comunicación y fotógrafos que sintieron en carne propia la forma de operar de estos personajes.