Este fin de semana, en cientos de casas y escuelas se celebró el afamado Halloween con fiestas y festivales de disfraces, una tradición anglosajona que se arraiga cada vez más en México y en Puebla. Tanto en escuelas como en fiestas particulares y en los “antros”, es común ver cada final de octubre a cientos de personas disfrazadas al estilo anglosajón.

Sin embargo, también las tradiciones mexicanas están lejos de “morir”, ya que muchas familias siguen la costumbre de colocar ofrendas y rendir culto a los parientes o amigos fallecidos. Este fin de semana, sobre todo en escuelas primarias y preescolares —particulares y públicas—, realizaron celebraciones en las que llegaban niños disfrazados de algún monstruo o brujas, incluso las famosas catrinas, pues en un recorrido realizado por Intolerancia Diario se pudo notar que en cada plantel educativo existía al menos una ofrenda y adornos con papel picado al estilo mexicano.

La pregunta de cada año es si la tradición anglosajona de Halloween ha rebasado las tradiciones mexicanas del Día de Muertos, a lo que expertos responden que ambas costumbres se han arraigado tanto que pueden convivir una con otra.

Para el investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Eduardo Merlo Juárez, es imposible evitar la influencia del Halloween en la temporada de Día de Muertos en México debido a la migración.

“El Halloween llegó a México para quedarse, y en concreto a Puebla desde hace muchos años a las fiestas mexicanas, sin embargo no tiene sustento en la tradición mexicana.

”Nosotros no tenemos brujas y monstruos, pero se incorporaron por la influencia estadunidense; nuestra tradición es larga, la de ese país es adquirida y mal aplicada, es un juego que no tiene sustento.

”El Hallowen llegó desde los Estados Unidos, es una tradición celta, una ceremonia solemne que se dedicaba en los bosques al dios de los Muertos”, explicó Merlo Juárez.

Aclaró que la influencia de los migrantes se puede apreciar en los altares para los muertos en muchas comunidades donde se colocan whisky, luces de colores y hasta dólares.

“Las tradiciones mexicanas no se pierden, se adaptan y enriquecen porque en México el culto a los muertos se vive festivo y profundo, mientras que para otros países es solamente un juego.”

Comentó que es muy difícil que una tradición de más de 30 siglos se pierda, aunque reconoció que ahora se están incorporando nuevos elementos de otros países, como el Halloween. Por otra parte, señaló que según la creencia de la civilización mexicana antigua, cuando el individuo muere su espíritu continúa viviendo en el Mictlán, lugar de residencia de las almas que han dejado la vida terrenal.

Las encuestas

Las festividades de Día de Muertos ya comenzaron en la mayor parte de México, tradiciones que tienen su origen desde la época prehispánica y la misma conquista. De acuerdo con los datos que arroja una encuesta de Consulta Mitofsky, 86 por ciento de los mexicanos reconoce el 2 de noviembre como el día en que se festeja a los muertos, mientras que sólo uno por ciento refiere que es Halloween.

Sobre lo que representa esta fecha, 21 por ciento dijo que se trata de recordar a los familiares fallecidos, 19 por ciento comentó que se trata de mantener viva la tradición y 14 por ciento dijo que es un festejo a los difuntos; mientras que 8 de cada 10 encuestados refirieron que implica poner una ofrenda, e igual número de afirmó que acude al panteón. En cuanto a las actividades que realiza, la mayoría indicó que acude a los panteones, en segundo lugar colocan una ofrenda y en tercer lugar acuden a misa.

Sin embargo, un importante número reconoce que se disfraza (19 por ciento), organiza o acude a un Halloween (17 por ciento), y acompaña a sus hijos a pedir dulces (3 por ciento), expresiones que tienen sus raíces en la cultura anglosajona. Son los jóvenes de estratos altos, sobre todo del norte del país, quienes se inclinan más por el festejo del Halloween, mientras que el resto de la población, en específico 83 por ciento, prefiere festejar el Día de Muertos.

En una encuesta realizada por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) a mil ciudadanos de todo el país sobre los festejos de estas fechas, 81 por ciento de los participantes celebrarán el Día de Muertos, 4 Halloween y 15 por ciento ambos eventos.

La Profeco refirió que la mayoría de quienes recuerdan a sus difuntos ese día colocarán una ofrenda, es decir, 76 por ciento, mientras que quienes celebran el Halloween lo harán con una fiesta, equivalente a un 90 por ciento. Quienes prefieren el Día de Muertos consideran la celebración muy importante, lo que corresponde a 71 por ciento. En tanto, para aquellos que festejan el Halloween es poco importante, es decir, 50 por ciento. Respecto al lugar donde se comprarán los elementos de la ofrenda —flores, veladoras y calaveras de azúcar, entre otros—, 56 por ciento lo hará en mercados públicos, mientras que los artículos para Hallowee serán adquiridos por un 43 por ciento en tiendas de autoservicio y departamentales.

Una muerte muy viva

La ofrenda del Día de Muertos es una de las tradiciones más llamativas del culto a los muertos en México.

Se trata de un altar donde las familias ofrecen un banquete a los espíritus de los familiares difuntos que, según la creencia, llegan durante las noches del 1 y 2 de noviembre para degustar lo que era su comida preferida cuando vivos.

Para el sociólogo Juan Ramón Prado Salazar, catedrático de la Benemérita Escuela Normal y de la Universidad Pedagógica Nacional, el hecho de que exista una tradición tan significativa en nuestro país como el Día de Muertos implica todo un proceso formativo a lo largo de generaciones que han rescatado esta tradición prehispánica.

“El Día de Muertos es la convivencia entre lo que fue el difunto, lo que lleva una mezcla de dolor y al mismo tiempo alegría, y la vemos reflejada cuando visitamos a nuestros muertos y elaboramos los altares con flores de cempasúchil, alimentos y cuando colocamos una imagen religiosa para recordarlos.

”Es rico conservar las características mexicanas, mezclar elementos religiosos, reírnos de la muerte, rescatar elementos de tipo profano; es muy de los mexicanos llorar y reír, en el momento en que me enfrento a ella sufro por la muerte y luego la recuerdo con alegría”, señaló Prado Salazar.

Es en las comunidades rurales del país donde la fiesta se celebra con mayor intensidad. Según Prado Salazar, dicha tradición ha ido desapareciendo de las zonas urbanas más rápidamente que de las zonas rurales debido al manejo que por razones comerciales hacen los medios de comunicación del Halloween.

Halloween lucrativo

Disfraces infantiles y para adultos, principalmente de brujas, diablos, monstruos y fantasmas, se ponen a la venta en comercios y supermercados en el Centro Histórico y en las plazas comerciales. Se pueden encontrar diversas máscaras de plástico y hule, que van desde caricaturas de líderes políticos mexicanos y estadunidenses hasta figuras satánicas y de monstruos.

Para el mercadólogo Luis Bernal, el Halloween impacta en la economía; es una cuestión publicitaria en la que se aprovechan todo tipo de artículos relacionados con la fecha para dejar una derrama económica.

Es vistoso porque los disfraces y los relatos de brujas y personajes de películas americanas de terror sitúan en una atmosfera extranjera a la gente, en el antro, en el restaurante llama más la atención este tipo de decoración.

”En los niños ni se diga. No es lo mismo decirle a los niños: ‘ven por tus dulces y disfrázate, que ven por un pedazo de pan de muerto y un atole’”, aseguró.

Según datos históricos, el origen del Halloween se remonta a la época de los celtas, quienes el 31 de octubre celebraban el “Samhain”, día en el que la línea entre el mundo de los vivos y el de los muertos se estrechaba, permitiendo a los espíritus abandonar el cementerio. A la tradición anglosajona se le han ido sumando las aportaciones de diversas culturas, entre ellas las mexicanas, sobre todo fomentada por migrantes, que la han adoptado como parte de las festividades del último día de octubre.

“Como todo lo tocado por los gringos, el Halloween fomenta una cultura de consumo que propicia y aprovecha las oportunidades para hacer negocios sin importar cómo”, concluyó.