Encabezados por María Eugenia Ochoa y Armando Domínguez, explicaron que por segunda ocasión han solicitado que el bulevar con este nombre sea modificado a Mártires de 68, en conmemoración de los estudiantes muertos a manos de militares enviados por el expresidente en Tlatelolco, en 1968 y borrar el nombre de Díaz Ordaz de la historia de Puebla sería hacerle justicia a los muertos de aquella tarde del 2 de octubre.
Entrevistada a las afueras del palacio municipal, María Eugenia Ochoa detalló que la responsabilidad es de los regidores y del presidente municipal, pues son los responsables de nombrar a calles o parques públicos, sin embargo desconocen por qué la negativa de las autoridades municipales por responder a su petición.
Calificó de incongruente la negativa a su solicitud cuando en anteriores administraciones han modificado nombres de avenidas y calles sin problema alguno, como sucedió con el actual circuito Juan Pablo II que anteriormente se llamaba Circuito Interior, o la calle Maximino Ávila Camacho de la que nadie objetó el cambio de nombre. Aseguró que a pesar de que a nivel nacional el 2 de octubre se ha denominado como de luto nacional, el municipio se ha negado a borrar el nombre del responsable de la matanza de estudiantes de 1968 de escuelas, parques y avenidas principales de la ciudad.
Señalaron que el argumento esgrimido es que el cambio de nombre a una calle afectaría a la ciudadanía que vive en esa zona, ya que los papeleos en cuestiones de pagos de impuestos llevaría tiempo presentarlos.