Vendedores de coco y cañas procedentes de otros estados,  que asisten cada año a instalar puestos en El Calvario, se quejaron por las restricciones que impuso el ayuntamiento de Puebla.

Con más de 35 años vendiendo sus productos en la zona, los vendedores indicaron que resultan insuficientes los espacios y será difícil recuperar la inversión; los productores vienen desde Tlacotlalpan, Veracruz,

En promedio, explicaron que invirtieron por lo menos 45 mil pesos, donde se incluye 30 mil pesos de la producción de caña y coco, el pago de flete desde el estado de Veracruz que cuesta 8 mil pesos y finalmente el pago del salario de 10 trabajadores que traen desde el sureste para las ventas.

Los productores inconformes precisaron que para este año trajeron 3 mil cocos para la vendimia, es decir, mil frutas menos que el año anterior, mientras que de 150 manojos de caña de azúcar ahora solo fueron 100 debido a que el ayuntamiento no los dejó trabajar en más espacios.