Desde la perspectiva del investigador de esa casa de estudios poblana, los habitantes no pueden resistir un incremento elevado del precio del pasaje, porque los indicadores inflacionarios ya les pegan en su percepción económica y aumentarlo representa un duro golpe a la economía familiar, “el precio del pasaje no puede ser mayor que la calidad en el servicio que se ofrece en la actualidad, porque los ciudadanos no pueden destinar un alto porcentaje de sus ingresos para el traslado a sus trabajos, a las escuelas y para esparcimiento”.
En rueda de prensa, el economista reveló que el incremento recomendable del precio del pasaje en el transporte público en la actualidad es de 50 centavos y no de dos y hasta tres pesos por persona como lo exigen los transportistas, porque de lo contrario, insistió, existirán fuertes afectaciones en la economía de las familias y eso genera fuertes desequilibrios sociales.
El problema con el precio de la gasolina en la actualidad es que se paga un costo económico y político, por eso apuntó que, según las estimaciones oficiales, resulta más barato el transporte público que el transporte particular, con los beneficios y afectaciones que ambos tipos de servicio representan.
En la actualidad, en el país el precio de la gasolina se ataca con los subsidios, dijo Chávez Capó, pero no se controla cuando afecta los bienes de consumo generalizados. “Hoy en día, el incremento anualizado de la gasolina se tiene por decreto del gobierno federal pasado, y es positivo para las autoridades nacionales pero negativo para los ciudadanos, porque en la actualidad la gasolina Magna reporta un incremento total del 4.85 por ciento y la Premium del 5.09 por ciento.”
Chávez Capó aseguró que el alza del precio de los combustibles también repercute de manera directa en la canasta básica, por lo que afirmó que dentro de las soluciones que deben tomar los ciudadanos está exigir a los integrantes del Congreso de la Unión un alto total al incremento permanente en el precio de los hidrocarburos, porque con ello pueden solventar de manera más cómoda las necesidades fundamentales de los hogares.
Otro problema paralelo con el aumento de los precios del combustible, dijo el experto de la UPAEP, es que también los precios de los productos indispensables para el desarrollo de los habitantes se disparan de manera considerable, “con todo ello también los salarios son bajos y los jefes de los hogares no tienen los recursos suficientes para solventar la demanda de los integrantes de la familia”.