Para ello, se retomarán los operativos con los cinemómetros que tiene el ayuntamiento para realizar operaciones y obligar a los conductores a reducir su velocidad en avenidas del municipio.
Esta estrategia se estará realizando en avenidas principales como bulevar 5 de Mayo, Hermanos Serdán, 25 Poniente, 31 Poniente, Esteban de Antuñano, bulevar Xonaca, entre otras que también son utilizadas como pistas de carreras.
Al respecto, el presidente municipal Eduardo Rivera aseveró que se pondrá en operación un total de cuatro cinemómetros, dos que serán adquiridos en próximos días y dos más que se encontraban en reparación.
El edil poblano recalcó que será en los siguientes días cuando se pongan en operación estos radares que desde el año pasado operaron, pero ahora se hará de manera permanente en estos puntos para obligar a los conductores a disminuir la velocidad a la que transitan.
Rivera Pérez reiteró que esta estrategia de los cinemómetros, así como los radares de infracciones que ha instalado el gobierno del estado en avenidas de la zona metropolitana, serán de utilidad para cerrar filas entre ambos niveles de gobierno.
De hecho, el alcalde poblano destacó que se analiza la posibilidad de firmar un convenio con el gobierno del estado para que se puedan hacer mayores inversiones y adquirir nuevas lectoras de placas y foto para instalarlas en vialidades de la capital.
Cabe destacar que del total de accidentes viales que se registran en la capital poblana, 35 por ciento de ellos se concentran en estas vialidades donde se han detectado vehículos circulando a velocidades que llegan a alcanzar los 100 kilómetros por hora.
Al día se levantan más de 100 infracciones a través de los diferentes operativos donde las patrullas que circulan en la ciudad detectan a personas manejando con exceso de velocidad.
El objetivo principal de retomar este proyecto es con la intención de reducir los accidentes, ya que la alta velocidad es una de las cinco causas que provocan la muerte de los poblanos.
Rivera Pérez explicó que este aparato permite tomar dos fotos por segundo, y a partir del tiempo y distancia que el aparato mide se calcula la velocidad sin margen de error.
Un cinemómetro se coloca en un punto estratégico donde se puede registrar la velocidad del vehículo y 200 metros adelante, se encuentra un grupo de elementos de la dependencia para marcar el alto a los detectados y realizar las infracciones correspondientes.
Con las fotografías de testigo, los elementos de la dependencia hacen el reporte oficial para evitar una inconformidad por parte de los ciudadanos afectados.
La consecuencia es que los ciudadanos deberán pagar la multa que, dependiendo el caso, podría ser de 8 a 12 días de salario mínimo, como lo señala el Reglamento de Tránsito.