A dos meses de haber entrado en vigor la nueva ley para regular el funcionamiento de casas de empeño y compraventa de oro en el municipio, al menos 100 de éstas han cerrado sus puertas de manera definitiva.

Esto, debido a que no lograron cumplir con los requisitos que endureció la comuna para permitirles operar en la entidad.

Todas éstas no pudieron cumplir con la instalación de videocámaras de vigilancia, capacitación de personal, un sistema para comprobar la procedencia legal de los artículos que adquieren, entre otros mecanismos que ahora son obligatorios.

El director de Normatividad y Regulación Comercial de la comuna, Luis Mora Velasco, aseguró que los dueños de estos negocios han determinado no volver a abrir sus negocios porque no podrán cumplir con los requisitos para permitir su funcionamiento.

El funcionario municipal detalló que los propietarios cerraron sus establecimientos por cuenta propia, por lo que no fue necesario aplicar las clausuras correspondientes por el incumplimiento del reglamento.

“Ellos han ido cerrando por cuenta propia al ver que no pueden cumplir con los lineamientos del Coremun, incluso hemos llegado a clausurar, pero no es necesario porque no volvieron a abrir”.

Mora Velasco dijo que al último reporte se tienen identificadas más de 100 sucursales de compraventa de oro son las que más han cerrado porque se tratan de establecimientos más improvisados y sin características adecuadas para funcionar.

Indicó que hasta el momento 50 por ciento del total de las casas de empeño que hay en el municipio se han regularizado ante el ayuntamiento, por lo que en este momento se encuentran operando con normalidad.

Mora Velasco precisó que las casas de empeño que han sido cerradas no han cumplido con tener una bitácora de los compradores, la solicitud de identificación de las personas que empeñan los artículos, los títulos de propiedad de las prendas y que no cuentan con carta de antecedentes no penales de sus empleados.

El director de Normatividad y Regulación Comercial recalcó que desde antes de ponerse en marcha la nueva reglamentación, en diciembre del año pasado se clausuraron más de 100 casas de empeño que funcionaban de manera irregular.

Sin embargo, el funcionario del ayuntamiento de Puebla precisó que los dueños de los 250 establecimientos de este giro solicitaron un plazo para poner en operación cada una de las normas establecidas por la comuna.

Después de esto —explicó— los propietarios firmaron una carta compromiso con el ayuntamiento en donde debían establecer cada una de las normas, pero al vencer el plazo se procedió a retomar los operativos para cerrar estos negocios.

Entre los “focos rojos” que tienen considerados las autoridades estatales y municipales, donde con mayor frecuencia se registran robos a transeúntes y las alhajas son empeñadas o comercializadas, se encuentran los que están cerca de mercados, tianguis y el centro histórico, donde también llega equipo de cómputo, pantallas de televisión y equipo de telefonía celular.

Todas estas casas de empeño no cuentan con sistemas de video vigilancia que deben estar interconectados al Centro de Emergencia y Respuesta Inmediata (CERI), como ahora lo obliga el Código Reglamentario del Municipio de Puebla.

Esta falta de respuesta por parte de las empresas encargadas de dar dinero a cambio de empeño de artículos varios ha ocasionado que no haya un control eficiente de las personas que acuden a estos establecimientos para obtener dinero a cambio de artículos de oro u otros que son aceptados en estos lugares