La obra del viaducto elevado de la 31 Poniente se convirtió en la megalomanía del gobernador Rafael Moreno Valle, porque ya de noche, en el puente se logran distinguir las letras M y V de Moreno Valle.
La megalomanía morenovallista representó una inversión total de 235 millones de pesos, y para muchos vecinos de la zona no se traduce en una acción de infraestructura necesaria para la ciudad, porque en ese cruce no había cuellos de botella.
Desde el hotel Marriot, que se ubica en la esquina del bulevar Atlixco y la 31 Poniente, las iniciales del mandatario poblano son perfectamente visibles.
Es decir, quienes circulen sobre el bulevar Atlixco, en sus dos sentidos, podrán distinguir perfectamente las iniciales del apellido paterno del mandatario poblano.
Cabe recordar que no es la primera ocasión en que el gobernador del estado se muestra como un megalómano, porque otras obras en la capital poblana, en la zona metropolitana y en el interior del estado también llevaban sus iniciales como sello, aunque después fueron retiradas debido a la crítica social.
En un recorrido después de las 19 horas del pasado miércoles, se constató que la obra del viaducto elevado no se inauguró totalmente concluida, porque debajo del puente del bulevar Atlixco todavía estaba un grupo de trabajadores realizando acciones de corrección.
La misma situación se detectó al inicio del puente, del lado de la 31 Poniente, donde se encuentra el Colegio Americano, por lo que una vez más el gobernador del estado de Puebla entregó una obra inconclusa.
Cabe señalar que durante el recorrido se constató que bajando el puente elevado, hacia la avenida Esteban de Antuñano, se forma un cuello de botella, situación que confirmaron dos empleados de una tienda de conveniencia que salían de trabajar.
Y es que, revelaron, en las horas pico del día, es decir, en las entradas y salidas de las escuelas, el tránsito de automóviles se torna lento y los conductores tienen que esperar hasta 15 minutos pata llegar al inicio del puente.