Es un nocaut a la economía familiar el incremento al pasaje de 8.50 pesos y 8.00 pesos que entrará en vigor este sábado. La mayoría de las madres y padres de familia lamentan que ahora deberán de cuidar más el salario mínimo de 102.68 pesos diarios porque repercutirá en la contracción en la compra de artículos de la despensa de la canasta básica.

Durante septiembre previo, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) observó un crecimiento mensual de 0.26 por ciento; para ubicar la tasa de inflación anual en un 3.00 por ciento, su nivel más bajo en tres años.

Conforme al reciente reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el aumento mensual del INPC derivó por los precios más altos en el jitomate, huevo, papaya, gas LP, vivienda no rentada, refrescos envasados, servicios en loncherías,  educación prescolar y primaria, además de automóviles.

Pero se registraron precios más bajos en la cebolla, pollo, aguacate, plátanos, manzana, papa, telefonía y televisión de cable,  servicios profesionales, paquetes de internet, servicios turísticos y transporte aéreo.

De acuerdo al seno del Índice Nacional de Precios al Consumidor, el índice de precios subyacentes a excepción de bienes y servicios más volátiles, como los agropecuarios y energéticos; se incrementó un 0.30 por ciento a tasa mensual y un 3.75 por ciento anual, desde2.99 por ciento en agosto.

Al interior del índice de precios subyacente, los precios de las mercancías y de los servicios se incrementaron a tasa mensual en 0.38 y en 0.20%, respectivamente.

El índice de precios no subyacente se elevó 0.15 por ciento mensual, alcanzando una tasa anual de 0.71 por ciento.

Al interior del índice de precios no subyacente, los precios de los productos agropecuarios retrocedieron 0.02 por ciento, en tanto que los de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno subieron 0.28 por ciento.

Bajo ese horizonte, el índice de precios de la canasta básica presentó un incremento mensual de 0.37 por ciento y una variación anual de 1.87 por ciento, en tanto que en el mismo mes del 2018 las cifras correspondientes fueron de 0.82 y de 8.14 por ciento, destaca la reciente entrega del INEGI.

Además Banxico recortó en los últimos días del mes previo la tasa clave de interés por segunda ocasión consecutiva, a 7.75 puntos porcentuales, al referirse a una disminución en la inflación y el comportamiento de una economía local estancada.

Ante ese marco económico nada halagüeño para el grueso de las familias poblanas el incremento a los pasajes del servicio colectivo de movilidad, no queda de otra que pensar en caminar y caminar distancias superiores a los mil metros porque la alimentación  de los hijos no puede descuidarse durante la etapa de crecimiento.

Doña Laura Hernández de oficio mesera, explica a Intolerancia Diario que el aumento del pasaje aplicará para que sus cinco hijos caminen a sus centros de estudio porque los mil pesos semanales que gana en su trabajo, más las propinas, no dan para gastar más de dos mil 30 pesos mensuales en pasajes, también deben de alimentarse con sus tres comidas diarias.

Conocedora de los precios de productos de primera necesidad para cocinar algo todos los días, sufrirá una modificación también, el salario no da para más, indica desolada.

“Si al aumento se le suman gastos como el pagar la luz, pues ya no alcanza; todo sube menos los salarios, el aumento nos afecta muchísimo”.

Además las malas condiciones de microbuses y vans tampoco justifican ese aumento por lo sucio de los asientos y lo “tracaleado” que está la mayoría del parque vehicular que transporta a los ciudadanos a sus diferentes centros laborales y educativos.

La señora Concepción Márquez a lo largo de más de 70 años de vida, recuerda que las promesa de mejorar las unidades nunca se ha cumplido a excepción de cuando circulan nuevas.

Conocedora del panorama que se dejará venir a parir de este sábado 12, indica que todos los trabajadores poblanos saldrán afectados porque desde su  perspectiva este incremento también se notará en cambios radicales de conducta al seno de todas las familias.

“Ahora ya no se podrá gastar en nada que no sea medio comer y en pagar cada vez que se suba uno a los camiones; siempre pagamos nosotros los que sí trabajamos honradamente”.

El horizonte será horrible advierte Ricardo Acosta, padre de familia, quien indica que su hijo, es universitario, ahora requerirá de más de 300 pesos semanales para sus traslados por usar dos unidades para arribar a su centro de estudios y dos más de regreso su hogar.

Pero el plus negativo que heredará este incremento al transporte se notará en la contracción en la compra de productos de la canasta básica.

“Ya es un centavo más que tienes que desembolsar, a lo mejor ya contabas con él y ahora tienes que deshacerte de él, imagínate en un mes nos afectará muchísimo, el salario mínimo no subió mucho, fue como de cinco pesos”.

Destaca que en Puebla todo se pondrá horrible porque dice que todos los productos se encarecerán y los trabajadores continúan ganando lo mismo desde hace más de cinco años.

Don Miguel de Candia reprueba la nueva tarifa que aplicara a partir del segundo sábado de este mes porque varias unidades están “destartalándose” y solo algunas unidades están en buenas condiciones para dar un servicio excesivamente caro.

“No se justifica y ahora que salgamos nos afectará porque yo  gastaré 50 pesos diarios en pasajes  y mi familia también, será mucho para el transporte”.

La tarifa es injustificada pero que le hacemos, no tenemos otro remedio, lamenta Muro Gutiérrez quien recuerda que el servicio no es bueno por todas las deficiencia que tienen las unidades.

“A nosotros siempre nos cargan todo, pero no tenemos aumento en salario, eso sí nos pega duramente, pero nos tenemos que aguantar”.

Los costos pegarán en reducción de la despena y la opción para comer es salir más temprano de casa, advierte Doña Rocío Padilla ya planea caminar casi tres kilómetros diarios con sus dos hijos para llevarlos a la escuela porque gana 800 pesos semanales que ya no serán suficientes para comer y para los gastos generales de la casa.

“El servicio no es bueno pero estoy dispuesta a caminar con mis hijos porque ahora serán100 pesos diarios en puros camiones para la escuela y mi regreso (a casa), el servicio es pésimo “.

Además el sobre número de pasajeros que realizan la mayoría de los choferes se convierte el viaje en un peligro para los pasajeros.

Los conductores necesitan  un  verdadero curso de capacitación para respetar a los usuarios porque no esperan que suban ni desciendan bien de las unidades insiste doña Concepción Martínez.

El aumento dañará la compra de productos de la canasta básica porque “todos los precios suben y suben, y ahora más con esto”.

La determinación de incrementar el pasaje afectará al señor Eleuterio  Carpinteiro porque pagará 200 pesos diarios para trasladar a sus dos hijos y a su esposa a la escuela y centros de trabajo.

“Pagaré cuatro mil pesos ya muy castigado, pero las comidas también cuentan y salgo a las seis con toda la familia porque es una hora la escuela porque se tiene que transbordar, estará bien difícil porque el salario se mantiene, no aumenta”.

Pero aunque los transportistas se han comprometido a instalar un GPS, cámaras de video-vigilancia de seguridad y botones de pánico; modernizar las unidades de transporte; renovar la carta de no antecedentes penales de los choferes cada seis meses; respetar sus recorridos aprobados por la Secretaría de Transporte y garantizar la accesibilidad de personas con discapacidad y de la tercera edad, lo cierto es que los usuarios muestran escepticismo porque nunca ha ocurrido.

Doña Rocío Padilla además advierte que cada vez que los chafiretes suben exceso de personas, aparecen los acosadores de niñas “a mí me ha tocado ver como cundo va a reventar la camioneta o el miro, hay hombres y mujeres que tocan a las niñas”.

Pasajera de colectivos desde que tiene memoria, advierte que esas promesas nunca se llevarán a cabo porque las autoridades olvidan también que supuestamente debe de cumplirse la palabra empeñada al pueblo que un día dejará de soportar todo.

Las libertadas otorgadas por la autoridad a los ciudadanos para Doña Rocío han sido un dolor de cabeza para los usuarios del transporte “ahora todos se tocan cuando va (el colectivo) lleno; he visto a mujeres tocando a hombre y a hombres tocando a mujeres. El respeto ya se perdió”.

El llamado de exigencia de usuarios de unidades del servicio público es la seguridad, que deberá regresar con los compromisos pactados entre permisionarios y autoridades.

Don Muro Gutiérrez precisa que con los aumentos las promesas llueven, pero “a mí por ser de la tercera edad casi no me levantan los choferes porque no pago completo y ahora todo será igual; los malos tratos continuarán para nosotros porque nadie nos defiende a los que ya somos viejos”, lamenta.