Las manifestaciones por segundo día consecutivo por los asesinatos de Ximena Quijano Hernández y José Antonio Parada Cerpa, doctores de pregrado de Colombia de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP); el alumno de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), Francisco Javier Tirado y el conductor de un vehículo Uber Josué Emmanuel Vital en Santa Ana Xalmimilulco, Huejotzingo; mantienen a la Angelópolis en vigilia ante las respuestas de las autoridades de la entidad.

Ahora el grupo de estudiantes y catedráticos,  se concentró sobre la 2 Sur-Norte y Avenida Juan de Palafox y Mendoza para cantar y estremecer los cimientos de las construcciones del siglo XV y XVI de la Angelópolis: "si soy el próximo... que sea el último", "si soy el próximo... que sea el último"., "si soy el próximo... que sea el último", "si soy el próximo... que sea el último", "si soy el próximo... que sea el último", "si soy el próximo... que sea el último".

Los indignados estudiantes de ambas universidades reclamaron fuertemente a las autoridades estatales y municipales por no hacer su trabajo en seguridad.

"Señor, señora, no sea indiferente, se matan estudiantes en la cara de la gente", "Señor, señora, no sea indiferente, se matan estudiantes en la cara de la gente", "Señor, señora, no sea indiferente, se matan estudiantes en la cara de la gente"; ese grito avasallador ganó adeptos entre los ciudadanos que se encontraban en esos momentos en los restaurantes de los enigmáticos Portales de Puebla y en sus principales calles.

En la mega marcha de la indignación universitaria que clama trabajo de las autoridades para frenar la ola de inseguridad que prevalece en el estado, resaltó el: “No queremos que cuatro años de carrera terminen por cinco minutos de violencia”, pero los chicos y chicas también traían en sus cartulinas la lapidaria frase dirigida a las autoridades del estado y de los 217 municipios de la entidad.

Además otro contingente reforzó a sus compañeros de estudio de ambas universidades, que con el grito impresionante de: "No somos cinco, no somos diez, señor gobernador, cuéntenos bien"., "No somos cinco, no somos diez, señor gobernador, cuéntenos bien", "No somos cinco, no somos diez, señor gobernador, cuéntenos bien", "No somos cinco, no somos diez, señor gobernador, cuéntenos bien", "No somos cinco, no somos diez, señor gobernador, cuéntenos bien", "No somos cinco, no somos diez, señor gobernador, cuéntenos bien", "No somos cinco, no somos diez, señor gobernador, cuéntenos bien", hizo vibrar las torres de la Catedral Metropolitana de Puebla.

Al terminar la protesta de la herida que nunca cicatrizará, los universitarios de la UPAEP y UAP, entonaron un vibrante himno nacional de México que logró que más de 10 estudiantes lloraran, pero de impotencia y rabia por la ejecución de sus compañeros el fin de semana en Huejotzingo, después de asistir al tradicional carnaval.