Desde el arribo de la pandemia del Covid-19 a Puebla en los primeros meses del explosivo 2020, la administración municipal y el Fondo de Naciones Unidas ha logrado identificar que en un 6.3% por ciento de la familias poblanas al menos un elemento ha dejado de llevarse un bocado en el desayuno, comida o merienda por falta de alimentos.
Durante la presentación del diagnóstico para detonar un plan estratégico de bienestar de cara a la nueva normalidad, generado por el Fondo de Naciones Unidas y la alcaldía se revelaron los resultados de una encuesta entre 800 personas y talleres con 10 grupos en que las autoridades valoraron mediciones de pobreza, salud, educación, alimentación, empleo, violencia y participación, además de otros temas.
El estudio demoscópico ubicó en las zonas periféricas de la metrópoli, además de San Francisco Totimehuacán y San Sebastián de Aparicio, juntas auxiliares con mayores carencias entre su población.
La encuesta reveló que el 25.9% de la población estudiada, no tiene acceso a la salud pública y 6.3% en los hogares no tiene recursos para alimentarse.
Además el 4.8 por ciento de los encuestados ya perdió a un familiar por contagio de SARS-CoV2 y el 15.6 por ciento de las familias tiene un adulto mayor que requiere de atención médica constante.