Puebla es el municipio donde más personas fallecen por siniestros viales, de acuerdo con el INEGI (2015) y el colectivo poblano Chikciwaj ha confrontado este panorama a través de iniciativas como escuelas de ciclismo y la reestructuración del Consejo Ciclista Poblano.

Con las rodadas buscamos quitar ese pensamiento de que el ciclismo solo es de sábados y domingos, que ‘para eso tienes la ciclovía’. La bicicleta no es algo de diversión: es un medio de transporte”, sentenció la activista.

Los ciclistas poblanos exigen seguridad en la ciudad con más muertes por atropello, porque sólo 20 por ciento de la población mexicana cuenta con un vehículo motorizado propio.

Aun así, las políticas e inversión públicas se ven dirigidas a favorecer el modelo de movilidad utilizado por una minoría.  

Durante un conversatorio con especialistas en la materia, Francisco Valverde Díaz de León, académico de la Universidad Jesuita, enfatizó estos esfuerzos por promover el uso de bicicletas en la Comunidad Universitaria, pues “la bicicleta no es solo un estilo de vida, sino una necesidad para cambiar las condiciones de vida de nuestras ciudades”.  

Pedalear es político

La cultura de la bicicleta se circunscribe en una serie de factores que contemplan los beneficios personales y al medioambiente, pero también buscan poner en primer plano a quienes se desplazan en dos ruedas.   

En el aspecto de políticas institucionales, la IBERO Puebla ha buscado sumar progresivamente el uso de vehículos no motorizados como parte de sus estrategias para un campus sustentable.