Una de las grandes herencias que dejó el noveno obispo de Puebla, Juan de Palafox y Mendoza, a la iglesia poblana de esta época es el cuidar a los pueblos originarios, reveló el Arzobispo Víctor Sánchez Espinosa durante la celebración de la misa de la cena del Señor en donde Jesús instituyo la eucaristía con pan y vino.

Desde la Basílica Catedral Metropolitana, priorizó que, durante la Última Cena, Jesús estableció también un nuevo mandamiento el llamar al prójimo como a uno mismo hasta el extremo, como él lo hizo antes de sufrir su pasión y su muerte en la Cruz.

Antes cientos de visitantes de otros estados de la república y de extranjeros que vestían la playera del Milán y la de varios equipos europeos, Monseñor indicó que Palafox y Mendoza también heredó a la población actual del globo 40 templos en la zona histórica de Puebla considerados Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Sánchez Espinosa llamó a los fieles a visitar los siete templos o siete casas al concluir la celebración de la eucaristía, señalando que estas visitas deben ser llenas de fe y hacer oración antes de marcharse para ir a otro templo.

Recordó que Puebla es una metrópoli rica en tradiciones y cultura derivada de los habitantes de los pueblos originarios en la zona norte y en la zona sur en La Mixteca.

Valoró que en la parte norte de Puebla los múltiples pueblos originarios hablen su idioma original como el Totonaco y el Náhuatl.

"La preocupación de Don Juan de Palafox y Mendoza, su preocupación y su cariño pastoral por esos hermanos, y desde luego la belleza de nuestra Catedral".

Indicó a los visitantes explicó que parte de la belleza de la Catedral es su ciprés, con su inmaculada virgen en bronce, sus órganos monumentales además las 14 capillas con enrejados dorados que iluminados lucen la belleza y los edificios de alrededor de la Catedral.

"Pero sobre todo su atención espiritual y pastoral por los hermanos delos pueblos originarios, de nuestros hermanos indígenas esta zona de nuestra Arquidiócesis de Puebla".

Sánchez Espinosa aseguró que por ese gran motivo del amor de Juan de Palafox y Mendoza a los habitantes de los pueblos indígenas, este Jueves Santo se traslada al santísimo profesionalmente hasta su tabernáculo a donde permanecerá el Viernes Santo y Sábado de Gloria.