Privilegiar la comercialización de productos navideños de Puebla capital y municipios aledaños, pero también de otros estados es la meta de de la Central de Abasto, advirtió el administrador de este gigantesco punto de ventas, Israel García Pineda.

Además priorizó que este gran radio de comercialización, localizado al norponiente de la Angelópolis ha desarrollado una estrategia interna para mantener las aceras y arroyos viales libres de mercaderes para privilegiar la movilidad peatonal y vehicular, fundamental en la columna vertebral de este gran perímetro de ventas.

Subrayó que la administración de la Central de Abasto, se preocupa y ocupa para que todos los vendedores tengan la oportunidad de mejorar sus ventas en esta etapa de recuperación económica, post emergencia sanitaria del Covid-19.

La comercialización de los productos navideños manufacturados por alfareros de Puebla capital, Tecamachalco, Chignahuapan y de otros municipios del interior de la entidad, dijo, es un factor en la columna vertebral que tiene la central para sacar adelante a todos los comerciantes.

Pero subrayó que la Central de Abasto anualmente abre sus puertas a todos los comerciantes de este tipo de artesanías típicas poblanas y mexicanas por ser verdaderas obras, que pueden guardarse para las siguientes navidades por la calidad de los productos.

Valoró que en la Central de Abasto se comercialicen en esta época del año, una una serie de productos como, el paxtle, lama, paja, nacimientos, puentes, pozos, pastores, borregos, burros, bueyes, gallineros, esferas, series de luces, árboles navideños naturales, imágenes de José, la Virgen María y Jesús, además de ángeles.

Pero refrendó que toda esta variedad de productos que se ven en áreas perfectamente ordenadas, derivan de la estrategia para evitar que se invada la vía pública, como ocurría en el pasado.

De generación en generación

Ángel González García, mantiene orgullosamente, la tradición familiar de ofrecer todos los productos navideños los cierres de año en la Central de Abasto.

El comerciante con una gran sonrisa en el rostro revela ser la tercera generación de su familia en vender productos navideños cada diciembre o días previos al comienzo del último mes de cada año.

"La tradición viene desde mis abuelos que antes estaban en la entrada de La Herradura, ahora estamos al lado de La Báscula, la tradición la comenzó mi abuelo Ismael García, mi papá, Nabor y yo ahora".

Los nacimientos cuestan entre los mil 300 y día mil 500, todas las figuras por docena cuestan 100 pesos, los puentes 55 pesos, los costos de Reyes Magos y figuras de la Sagrada Familia, oscilan entre los 180 pesos a los tres mil pesos, las esferas de Chignahuapan en sus cilindros con 24 piezas valen 120 pesos y por mayoría se pueden vender en un poco más de 80 pesos.

Además los árboles de navidad se comercializan entre los 80 pesos a los 380 pesos, las pacas de paxtle cuestan 70 pesos por el costo puede disminuir de acuerdo a sus ventas, las pacas de paja cuestan entre 100 pesos la morena y 280 pesos la de avena.

La serie de focos la más económica cuesta 60 pesos y la de mil luces vende en 480 pesos.