La exposición colectiva de invidentes "La mirada invisible" se inauguró ayer por la noche en la Galería de la Universidad Iberoamericana Puebla (UIA).
Los visitantes a esta peculiar muestra podrán conocer tres aspectos. Un primer grupo retrató lo que cada uno imaginó y visualizó en su mente. Las imágenes describen y recrean la visión original que estaba en la cabeza de los artistas, quienes utilizan al soporte para hacerla accesible a los otros.
Otros más utilizan la cámara para dar cuenta de su percepción del mundo.
Aprovechan su ceguera y el hecho de que son libres de las imposiciones de la vista, logrando imágenes que escapan de prejuicios y estereotipos.
Para estos artistas, la fotografía es una experiencia sensual en la que involucran el resto de sus sentidos. Su necesidad de fotografiar es detonada por su estimulación sensorial provocada por algún olor, un sonido, una textura o un sabor.
Un tercer grupo se compone de ciegos parciales que utilizan la fotografía para ver mejor. Destaca el trabajo de Bruce Hall, Annie Hesse, Michael Richard y Kurt Weston, quienes a través de dispositivos de ampliación conocen el mundo detalle a detalle.
Evgen Bavcar, fotógrafo ciego que ha participado en más de cien exhibiciones internacionales, señala en un breve texto de presentación de la muestra, que cuando un ciego dice imagino, significa que también tiene representaciones internas de la realidad externa.