Roberto Garza, impulsor del concepto de “Bandas sonoras a ritmo de rock”, que se desarrolla desde junio de 2009, dijo que el proyecto saltará de la Cineteca Nacional, a los festivales de cine.

Añadió que el primer foro en el que se experimentará con esta iniciativa será en la próxima edición del Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México (DOCSDF), en octubre próximo, con la proyección de “Nanook, el esquimal”, un documental de 1922 dirigido por Robert Flaherty, que musicalizará Juan Pablo Villa.

Asimismo, comentó que habrá otras funciones en otro foro y algunas más que se efectuarán conjuntamente con el programa “Alas y raíces” del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), dirigidos al público infantil y juvenil.

El funcionario comentó que el programa se extenderá a diversas sedes de la República Mexicana en donde ya lo han solicitado y visto con buenos ojos tras los resultados obtenidos.

“El reto es abrir nuevas plazas, pues en la Cineteca Nacional ya se ha consolidado, pero se debe buscar la aprobación de nuevas audiencias”, señaló Garza, quien reiteró que “Bandas sonoras a ritmo de rock”, arroja hasta el momento un saldo favorable, con tres discos grabados.

El cineasta comentó que la iniciativa ha permitido que varias bandas de rock hayan sonorizado por lo menos 25 filmes silentes, pues hay que considerar que cada agrupación debe de ensaya por lo menos dos meses para lograr el objetivo.

“Otro de los logros es que se han podido grabar tres discos de esas musicalizaciones, uno de ellos de Alex Otaola (El hombre de la cámara); “Swing Gitan lo hizo con ´La General´ y ´Desconecte´ (El Jorobado de Notra Dame), lo cual habla de diversos logros”, dijo.

Garza comentó que este proyecto se ha convertido en uno de los principales impulsores de la promoción y difusión de la cultura cinematográfica, además de fomentar la creatividad de los músicos de rock vinculada con la imagen en movimiento.

Señaló que se trata de un serial de cerca de dos años musicalizando películas silentes que han atraído a diversos exponentes del rock que se han sentido atraídos por el reto.

Dijo que ha sido tan favorable la respuesta que el ciclo ha sido llevado también al Lunario del Auditorio Nacional, en donde el público tiene una alternativa más de entretenimiento, pero al mismo tiempo de explorar nuevas posibilidades sonoras y auditivas.

La experiencia más reciente de musicalizar una película la emprendió la banda jalisciense Troker, que estuvo este fin de semana en Cineteca Nacional, para musicalizar “El automóvil gris “(1919).