En medio de la Semana Santa, llega la Pasión de Cristo al museo de Arte Religioso de Puebla, con un conjunto de 13 piezas inéditas de los siglos XVIII y XIX, entre pinturas, esculturas y grabados.

Desde este martes se pueden observar los objetos que no forman parte del acervo que se presenta de manera permanente en el recinto bajo custodia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En la exposición, organizada por el INAH, se exhiben tres pinturas pertenecientes a los artistas Nicolás Rodríguez Juárez, Miguel Jerónimo Zendejas y Josep Polo, los únicos tres autores identificados en este tipo de piezas.

Las imágenes eran llevadas a los barrios indígenas de la ciudad y a las 14 capillas franciscanas que dieron servicio litúrgico durante los siglos XVII y XVIII —según el cronista Echeverría y Veytia—, que se localizan en lo que hoy es el barrio del Alto, y que actualmente están en desuso y bajo resguardo de la Iglesia.

El museo de Arte Religioso se localiza en calle 18 Poniente, número 103, en el Centro Histórico de Puebla, con un horario, de martes a domingo, de 10:00 a 17:00 horas; el costo es de 35 pesos, excepto maestros y estudiantes con credencial vigente, así como adultos mayores y niños menores.

Entre las obras de arte destaca una columna de madera —de aproximadamente dos metros de altura y 25 centímetros de ancho— que tiene pintados al óleo símbolos de los padecimientos que sufrió Jesucristo antes de morir en la cruz.

Dicha pieza de la exposición Pasión de Cristo tiene representadas las cinco llagas de Jesucristo, la lanza que traspasó su costado, una vara con una esponja bañada en vinagre, que representa aquella que se le ofreció de beber, y el saco con monedas que recibió Judas Iscariote.

Asimismo, la columna presenta una escalera dibujada, que alude a la que fue usada para bajar el cuerpo de Cristo de la cruz, un gallo que representa a aquel que cantó luego de las tres negaciones del discípulo Pedro, los dados con los que los soldados jugaron a la suerte la túnica de Jesús y una espada con una oreja ensangrentada, que refiere el momento en que, según los escritos bíblicos, el discípulo Pedro cortó la oreja a uno de los soldados romanos.

Otra pieza sobresaliente es un óleo sobre lámina de cobre (de 23 X 19centímetros) con la representación de Jesús el nazareno con la cruz a cuestas.

“La imagen se relaciona con los recorridos procesionales realizados durante la época virreinal en la antigua Puebla de los Ángeles, cuando varias esculturas del Nazareno salían por las calles en peregrinación”, explicó Claudia Marín Berttolini, curadora de la muestra.

“Al primero de ellos —agregó— se le atribuye el óleo sobre tela (de un metro de alto y 1.7 de ancho) del siglo XVIII, “Aprehensión de Jesús” (El espolio). El autor quizá nació entre 1667 y 1675 en la Ciudad de México y murió 53 años después. Fue un gran creador de arte religioso y tenía un excelente conocimiento de los relatos bíblicos pues a partir de 1713 se ordenó como sacerdote.”

Al segundo de los artistas se le adjudica la obra del siglo XVIII (de 1.3 metro por 76 centímetros), “Jesús coronado de espinas”, en la que se muestra a Cristo sentado al momento de ser humillado por los soldados que le colocaron dicho elemento en la cabeza. El pintor nació alrededor de 1724 y falleció en 1815 en Puebla, donde se encuentran gran número de sus obras en la Catedral del estado y en la Parroquia de Acatzingo.

En tanto, el pintor Josep Polo es el autor de la obra de gran formato (1.7 metros de alto y 2.3 de ancho) “Crucifixión de Cristo”, que se estima data de finales del siglo XVIII o principios del XIX. En el óleo se aprecia a Jesús recostado sobre la cruz al momento de ser clavado en ella por los soldados romanos.

“La pieza que abre es un grabado sobre papel —que mide 40 X 30 centímetros— en el que se muestra a Cristo cargando la cruz, y alrededor algunas palabras como fatiga, persecuciones, hambre y obediencia.”

”Es posible que esta obra del siglo XIX motivara a las monjas agustinas recoletas a la penitencia a través del autosacrificio para que por medio del dolor pudieran reproducir el sufrimiento que Cristo padeció durante sus últimos días de vida”, consideró la investigadora.

Posteriormente, se muestra la columna de madera con los símbolos pasionarios y los cuadros con cada una de las escenas de la Pasión: aprehensión de Jesús en el monte de los Olivos, flagelación y coronación de Jesús, recorrido hacia el Gólgota (donde fue crucificado), las caídas de Jesús con la cruz, el pasaje en el que “la Verónica” le limpia el rostro que queda impregnado en el textil y la crucifixión.

Cabe decir que, en la parte donde se ejemplifica la flagelación, se muestran las dos tradiciones pictóricas desarrolladas con esta temática, de acuerdo con el texto El arte de la pintura (1641), de Francisco Pacheco: por un lado, un Cristo atado de frente o de espaldas a una columna pequeña, en algunas ocasiones ligeramente inclinado o arrodillado. La segunda versión presenta una columna larga en la que Jesús está atado de manos por la espalda y totalmente de pie.

La exposición Pasión de Cristo, que permanecerá hasta el 7 de abril próximo, se presentará en el marco del programa Calendario Litúrgico que el museo de Arte Religioso implementó desde hace un año, con la intención de dar a conocer al público parte de las más de tres mil piezas bajo resguardo en el depósito del recinto, en conjuntos de cinco a 10 objetos seleccionados por especialistas, bajo una misma temática.