En su último día de exhibición la muestra Pinta la Revolución: Arte moderno mexicano 1910-1950 ha recibido a cientos de personas que disfrutan y redescubren obras maestras de artistas nacionales, como Francisco Goitia, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Manuel Rodríguez Lozano, Frida Kahlo, Gerardo Murillo Dr. Atl, Roberto Montenegro, José Clemente Orozco, Miguel Covarrubias y Rufino Tamayo.

Antes de las 10:00 horas del domingo 7 de mayo, personas en solitario, parejas, familias, y grupos de amigos esperaban se abrieran las puertas del Palacio de Bellas Artes para ingresar al recinto museístico.

La exhibición integrada por 220 piezas distribuidas en cinco núcleos temáticos: Modernismo y mexicaneidad, Pinta la Revolución, En la Ciudad, Pinta los Estados Unidos y Alegorías oscuras, fue para Viridiana Mora una estupenda experiencia visual.

Es una exposición llena de cultura mexicana. Fue una grata satisfacción el haber podido apreciar obras de grandes artistas. Me gusta mucho Frida Kahlo, y aunque de ella hay sólo cuatro pinturas, me encantó ver cuadros de otros pintores, no sólo de los reconocidos internacionalmente”, comentó.

El montaje, además de pinturas, exhibe fotografías, litografías, impresos de periódicos, libros e interactivos digitales. Cuenta con audios proporcionados por la Fonoteca Nacional y fragmentos de películas que permiten que el recorrido de los visitantes sea más completo y entretenido.

Asimismo, exhibe los trabajos de figuras representativas del muralismo, las Escuelas de Pintura al Aire Libre, el estridentismo, el surrealismo, los Contemporáneos, el Taller de Gráfica Nacional, la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), el grupo ¡30,30!, los transterrados, fotógrafos, cineastas, y arquitectos.

Desde el inicio de la muestra, que abre con el cuadro Barricada (1931) de José Clemente Orozco, los visitantes sacan sus teléfonos celulares para captar los detalles de las pinturas o tomarse selfies.

Algunos jóvenes de secundaria escriben en sus libretas los datos biográficos de los artistas, como el Dr. Atl, así como detalles de sus cuadros, entre ellos Volcán rojo (1931).

La maestra de mi hija dejó de tarea visitar la exposición. Uno se encuentra con pinturas muy bonitas y coloridas que me entero son de galerías de Estados Unidos por lo que me da gusto haber venido y verlas”, comentó la señora Monserrat García.

Una niña le pregunta a su padre qué significan los personajes de la pintura La ofrenda (1913), de Saturnino Herrán. “Es una familia sobre una trajinera. Lleva muchas flores porque va a visitar a sus muertitos al panteón. ¿Ya viste que flores llevan? Las tradicionales de muertos, las anaranjadas”, respondió.

En Pinta la Revolución, que abrió sus puertas desde el pasado 10 de febrero, los visitantes se encontraron con piezas creadas durante el periodo de la Revolución Mexicana y sus años posteriores, disfrutando de obras que hacían alusión al llamado pueblo mexicano en las que se registró tradiciones y vida cotidiana.

Asimismo, la muestra exhibe piezas creadas en Estados Unidos de artistas de nacionales que plasmaron el encuentro entre lo hispano y lo angloamericano, y de otras que muestran los cambios sociales y políticos en México, desde mediados de 1930 a finales de la Segunda Guerra Mundial.

Creo es una exposición completa en la que se observan manifestaciones artísticas a las que se tuvo un acercamiento primario en los primeros años de escuela, a través de los libros de textos gratuitos que contenían muchas de estas pinturas. Es maravilloso verlas frente a frente, en su tamaño original”, comentó el señor Rodrigo Bañuelos, acompañado de sus hijos.

En opinión de Andrea Juárez es maravilloso que las pinturas que son de colecciones fuera del país estén en exhibición. “Mi pintor favorito es Rufino Tamayo y me encontré aquí con obra muy padre, la mayoría de cosas que he visto de él ha sido en libros”.

Agregó que su visita a la exposición le dio la oportunidad de conocer a otros pintores como Saturnino Herrán. “Sus cuadros que eran grandes no los conocía, es interesante ver cómo plasmaba a los indígenas que era diferente a como lo hacía Orozco o Siqueiros, reflejando la vida cotidiana de esa época”.

Además de observar la obra pictórica, algunos visitantes se contextualizaban con los textos y documentos que complementó el montaje, como las ilustraciones de los periódicos El Ahuizote y La Vanguardia.

La exposición organizada por el Philadelphia Museum of Art y el Museo del Palacio de Bellas Artes exhibió cuadros que acaparaban la atención de los espectadores durante el recorrido, destacando las realizadas por Frida Kahlo: Autorretrato en terciopelo (1926), Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos (1932), My dress hangs there (Mi vestido cuelga ahí) (1933), y El suicidio de Dorothy Hale (1939).

Otro de los cuadros que son capturados con el celular son Retrato de Martín Luis Guzmán, emblema del periodo cubista que Diego Rivera transitó entre 1913 y 1918. Las pinturas George Gershwin en una sala de conciertos, y El nacimiento del fascismo, ambas de David Alfaro Siqueiros.

Las piezas de Agustín Lazo, Rufino Tamayo, María Izquierdo, la fotografía de Edward Weston, Tina Modotti, Paul Strand, Emilio Amero, Manuel Álvarez, Bravo, Henri Cartier Bresson, también atrapa la mirada de los visitantes.

Me pareció una experiencia muy bella estéticamente hablando. Disfruté de la obra de los tres grandes muralistas mexicanos y Frida Kahlo, pero también me llevé gratas sorpresas al apreciar obras de otros pintores de la época que no conocía como María Izquierdo, Dr. Atl y Guillermo González Camarena”, compartió Ana Estrada.

Con el fin de presentar el muralismo y compartir con los visitantes obras maestras de Rivera, Orozco y Siqueiros, la muestra incluye, en formato digital, importantes murales: la serie que Rivera realizó para la Secretaría de Educación Pública y El retrato de la burguesía, elaborado por Siqueiros para el Sindicato Mexicano de Electricistas.

La exposición Pinta la Revolución. Arte moderno mexicano 1910-1950, se exhibió a finales de 2016 en el Museo de Arte de Filadelfia donde fue vista por más de 100 mil personas.