Un grupo de arqueólogos anunciaron hoy el hallazgo de cinco grupos arquitectónicos y objetos nunca antes vistos, como una mesa de piedra con representaciones de cautivos en sus cantos, en la zona arqueológica de Chichén Itzá, en el estado de Yucatán.
De acuerdo con un informe del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, también se descubrió un disco de pirita que, junto con la mesa de piedra, son elementos que datan de entre los años 850 y 1200 d.C. y 900 y 1000 d.C.
En el espacio que media entre los conjuntos conocidos como de las Monjas y Serie Inicial, se ubicaron cinco grupos arquitectónicos mencionados, como parte de un estudio del patrón de asentamiento de la urbe prehispánica maya.
Cada uno de ellos aloja, a su vez, decenas de estructuras en las que investigadores emprenden mapeos y registros gráficos y planimétricos, entre otros procedimientos, los cuales combinan la tecnología "Light Detection and Ranging", es decir, detección y medición a través de la luz que penetra la vegetación con el trabajo de exploración en tierra.
"Cuatro conjuntos parecen ser habitacionales, mientras que uno, dado que posee una pirámide pequeña, de alrededor de cinco metros de alto, un cuarto doble en su parte superior y una escalera asociada, nos indica que pudo haber tenido un uso ritual", dijo el arqueólogo Francisco Pérez.
Para los especialistas, conocer conjuntos habitacionales como estos vinculados a una rejollada que habría sido usada con fines de cultivo, significa saber más de la población común que habitó las ahora zonas arqueológicas, y de la cual se sabe muy poco.
En tanto, el arqueólogo José Osorio explicó que una ventaja del proyecto es que, al realizarse en áreas no accesibles a la visita turística de la zona, permite a los expertos tener un control total de la exploración de los edificios.
Además de los citados descubrimientos, se incluyen labores de conservación especializada, a cargo de la restauradora del INAH Natalia Hernández, que también aportan notables hallazgos.
Otro de los hallazgos es la citada mesa de piedra, que se ubicó reutilizada como banqueta dentro de la Cada de los Caracoles.
La pieza, cuya antigüedad aproximada está entre los años 900 y 1000 d.C., debió pertenecer a alguna construcción previa, la cual no se ha localizado dentro del conjunto de Serie Inicial.
Asimismo, se encontró la Galería-Patio de la Luna, colindante con el Palacio de los Falos y la Casa de los Caracoles, donde se hallaban vestigios de otro caso poco visto en Chichén Itzá, un amplio salón de columnas con una techumbre plana que estuvo sostenida por vigas de madera y tenía aplanados interiores estucados.
Algunos fragmentos de cerámica asociados apuntan que dataría del año 900 d.C., aproximadamente.
También se halló un disco de pirita, de 30 centímetros de diámetro, como pieza única de una ofrenda que pasó inadvertida cuando el Instituto Carnegie, en la década de 1930, exploró la edificación, una de las más representativas del estilo maya-tolteca que distingue a Chichén Itzá.
Estos descubrimientos se dieron como resultado de la colaboración entre el INAH y el Gobierno del estado de Yucatán.
Con información de Xinhua.