¿Un asesino se hace o nace?, con esa interrogante arranca la novela negra La herencia, donde la escritora Verónica E. Llaca aborda desde las complejidades del amor hasta temas como el aborto, los feminicidios, infanticidios y las violaciones; siempre con un personaje que la prensa de los años 40´s bautizó como: La ogresa de la colonia Roma.

“Felicitas Sánchez era su nombre y era una mujer que se dedicaba a partera, que hacía abortos y de quien se dice, mataba niños y los vendía”, relató.

Al hablar de la mujer que tuvo que dejar su natal Veracruz y emigrar a la capital del país, Verónica E. Llaca se pregunta ¿Qué tan cierto es lo que dicen los medios que sucedía y qué tanto tenía que ver con noticias que capturaban el morbo del público y el periódico las explotaba?

La novela se sitúa en dos tiempos, en 1940 cuando sucede “la historia de un monstro” y en 1985, año emblemático para la escritora. En ese presente, el del año del terremoto, uno de los hijos de Felicitas Sánchez cuenta a uno de sus hijos “la historia de quién es y de dónde viene, cuál es su herencia genética y por qué es cómo es… Él al ser hijo de una asesina, imagínate todas las preguntas que tiene que hacerse”.

Es, en opinión de la escritora, “un esfuerzo por justificar a la madre porque los hijos hacemos eso, somos leales hasta el final. Tiene que ver con el amor que es tan complicado”.

Feminicidios y aborto

Ante los señalamientos de que se trata de un texto crudo, ella defiende el género y subraya: La realidad es dura. La realidad siempre nos supera. La novela negra te da la oportunidad de hacer denuncia y a mi es lo que me interesa, tengo temas que me parecen importantes y que en esta novela están: el infanticidio, el feminicidio, la violación, está el aborto todo el tiempo presente. Son temas que rescato y que quiero traer a la conversación porque ‘feminicidio’ y ‘violación’ se han convertido en palabras gastadas. Lo que hace la literatura es arrastrarte a padecer con el personaje y eso puede cambiar tu mirada en la realidad, dejas de ver un feminicidio como una estadística”.

La ogresa

Sobre la pareja de Felicitas, personaje que está muy presente en la obra, la autora cuestiona “qué tanto los crímenes que se le achacan a la ogresa, los cometió porque ella era una asesina y qué tanto pesó que tenía el que alguien estuviera detrás de ella empujándola, sobretodo porque al final vivían del trabajo de ella. ¿Qué pasa cuando una mujer se enamora de un asesino y va descubriendo que es un asesino?”

Las vecindades

Al hablar del proceso de documentación que realizó para crear La herencia, Verónica E. Llaca afirmó que disfruta mucho esa etapa porque: “siempre te encuentras cosas que te sirven para la novela. Tienes que contextualizarla, contar cómo era el México de aquel entonces. Dentro de la novela la Ciudad de México y San Miguel de Allende son personajes”.

La creación de escenarios es tan lograda que en alguna ocasión un lector le preguntó si ella había vivido en las vecindades del Centro Histórico de la Ciudad de México, porque él sí y encontraba en la narración la fotografía exacta de esos sitios.