“Las piedras no importan, importan los seres humanos”. Con esta reflexión, el escritor Pedro Ángel Palou resume su más reciente novela: México.
“La idea no es hacer un revisionismo histórico, no hay buenos ni malos ni vencedores ni vencidos. Hay una historia de atroces acciones en contra de un pueblo que pierde su discurso, su religión, su ciudad, todo visto desde la óptica de los personajes”, señala Palou García.
Durante la charla con Intolerancia Diario el escritor narra parte de los pasajes importantes que viven cuatro familias que, en su andar, delinean la historia de la Ciudad de México, durante cinco siglos.
Explica que decidió cortar la novela en 1985, porque se formaba un arco narrativo dramático que inició con las ruinas de Tenochtitlán, cuando fue conquistada, y los restos en pie tras el sismo del 19 de septiembre de aquel año.
“El ‘85 le abre los ojos a la ciudad. El sistema político mostró que había hecho aguas. También los medios de comunicación por primera vez tuvieron un papel distinto, no de lamesuelas del régimen, sino un papel crítico, importante en la construcción de esa nueva ágora pública que es la sociedad civil. Es otra novela la que podría contarse del ‘85 a nuestros días”.
Corrupción endémica
Desde frases como: “La gran venganza de la ciudad es que será la ciudad de los desastres”, hasta las ordenanzas reales con las que Zapata regresa las tierras a quienes las habían trabajado, los personajes viven y sufren en carne propia las vicisitudes de una ciudad a la que le sobra magia e historia.
Sin decirlo directamente, la historia nos revela a esas élites que un día se dicen liberales y, al otro, construyen obras, negocios al amparo de los conservadores.
¿Todos felices?
Al señalar que “hace mucho daño continuar desde el divisionismo”, el escritor apunta que para lograr una felicidad se requiere un cambio radical.
“Un nuevo constitucional que nos encontrara los mínimos comunes múltiplos, que nos reconociera como un país hecho de naciones, plurinacional, como Bolivia, como Chile […] No se trata de pedir que se disculpen los españoles, por ahí no va. Es mucho más complejo, se tienen que hacer reparaciones ciertas e históricas con nuestros pueblos originarios.
“El gran problema de México es que creemos que el pasado indígena es majestuoso, pero se nos olvida que el primo que está al lado es indígena. Voy al Museo de Antropología, pero discrimino a mi vecino que es indígena. Ese es uno de los grandes problemas”.
De arriba para abajo
Pedro Ángel Palou recordó algunas reuniones y foros en los que ha participado, entre ellos, la comunicación que sostuvo con el exgobernador, entonces presidente del Tribunal Superior de Justicia, Guillermo Pacheco Pulido, cuando en Puebla estaban por instaurarse los juicios orales.
Para el escritor, la falla en el Nuevo Sistema de Justicia Penal es que se impuso “de arriba para abajo” y no contó con la participación y escucha de grandes foros.
La frase
“Que se acerquen a la novela, la tomen como una guía novelada de la Ciudad de México y la disfruten como extranjeros de la ciudad o como propios. Es una guía para propios y extraños”
Pedro Ángel Palou