River Plate perdió por 2-0 ante Belgrano y quedó a un paso de descender de la Primera División, en una jornada histórica y violenta que marcó la profunda crisis sufrida por uno de los clubes más importantes de Argentina.
El drama de los rojiblancos se selló en la ciudad de Córdoba, a donde acudieron como visitantes para pelear el partido de ida de la promoción a la Liga B, ante un equipo que se les plantó sin temor ni respeto alguno por la leyenda que supo ser River Plate.
César Mansanelli, a los 25 minutos y de penal, y César Pereyra, a los 49 minutos de tiempo corrido, fueron los héroes de Belgrano, el modesto club que con este resultado avanzó en su sueño de llegar a la Primera División.
La tensión marcó un partido que fue suspendido durante 20 minutos porque fanáticos enfurecidos rompieron la alambrada y se lanzaron a la cancha a reclamarles a los jugadores el sombrío presente y, aún más sombrío, futuro del equipo.
Los llamados “barra-bravas” no se intimidaron ante las cámaras de televisión y empujaron e insultaron a los futbolistas, quienes enfrentaban perplejos los ataques.
El destino de los rioplatenses quedó sellado el pasado fin de semana, cuando perdieron 1-2 ante Lanús, en la última fecha del Torneo Clausura del futbol argentino de Primera División, y quedaron en la promoción para el descenso por primera vez en sus 110 años de historia.
Muy lejos estuvieron esta noche en la memoria los 33 campeonatos locales y cinco internacionales que convirtieron a River Plate en el mayor referente del futbol argentino, con Boca Juniors como clásico rival.
Por el contrario, ahora todo son temores rumbo al definitivo partido de vuelta por la promoción que se disputará el próximo domingo y que River enfrentará con dos goles en contra y una moral destruida.