En el Monumental del barrio de Núñez en Buenos Aires no hay mas que los rostros desconsolados de las decenas de miles de aficionados que se dieron cita para ver la difícil remontada del equipo de las Gallinas ante Belgrano.

Tras el duelo de la promoción de ida, el equipo cordobés de Belgrano logró sacar una vital ventaja al ganar con 2-0 ante un River desangelado que no presentó los mínimos argumentos futbolistas para intentar ganar de visitante.

En el duelo de hoy la hinchada de La Máquina atestó el estadio en un intento infructuoso de mantenerse en la primera categoría del fútbol argentino. 

Mariano Pavone logró dar esperanzas al minuto 5' tras un gol anulado por fuera de lugar a Belgrano minutos antes. Sin embargo a lo largo del partido, jugaron con más músculo que cerebro y no lograron pararse bien ante un equipo cordobés que pudo aguantar los pocos embates.

Tras un mal rechace de la zaga gallina, Farré remato a bocajarro a Carrizo para lograr el empate momentáneo entre las piernas del mundialista argentino. A los 7' de la jugada, el autor del primer gol, Pavone, tuvo en sus botines el gol del descuento en un dudoso penal que anguló bien pero fue detenido por Olave. 

A los 45 minutos cumplidos del tiempo complementario, y con el resultado decidido, una sección de la hinchada platense comenzó a arrojar artículos diversos que terminaron en un zafarrancho que la policía intentó controlar al lanzar chorros de agua sobre la hinchada de River en la platea, quienes se encontraban furiosos y trataron de tirar el alambrado.

Tras la lesión de un uniformado por un artículo punzocortante arrojado desde las barras bravas, la policía replegó a los simpatizantes con gases lacrimógenos entre las lágrimas y sollozos de todos los jugadores de River Plate quienes a lo largo del torneo no lograron dar un nivel que les permitiría permanecer en el máximo torneo argentino.