El técnico Carlos Reinoso se mantuvo en el banquillo con el firme compromiso, tal y como él lo dijo, de al menos llegar a la final, porque de otra forma se irá, posición que asimismo debería asumir el presidente Michel Bauer, principal responsable, junto con Jaime Ordiales, de los sinsabores “azulcremas”.
Para el próximo torneo, el equipo ya no contará con una de su grandes figuras, el portero Guillermo Ochoa, quien luego de Cuauhtémoc Blanco se convirtió en ídolo entre los seguidores y sobre quien en muchas ocasiones se basaron resultados positivos o se evitaron goleadas.
Su lugar será ocupado por Armando Navarrete, quien tras años de espera finalmente podrá ser titular con este equipo, con la gran responsabilidad de suplir a unos de los mejores guardametas del país en el último lustro.
Asimismo se fue Pavel Pardo, quien ya no vivía sus mejores momentos con los de Coapa, aunque su voz de mando era importante en la cancha, pero sobre todo en el vestidor.
Desde la baja del goleador paraguayo Salvador Cabañas, el América ha sufrido mucho en el eje de ataque, pues ni Vicente Matías Vuoso ni el uruguayo Vicente Sánchez han mostrado contundencia para lo que un equipo de la jerarquía del América necesita.
Para ello, la directiva de las Águilas decidió “sacar la cartera” y contratar al ecuatoriano Christian Benítez, quien en Santos Laguna hizo buenas cosas, aunque habrá que ver si se logra adaptar a lo que exige su nuevo equipo.
Además se cuenta a Paúl Aguilar y Jesús Molina, así como los regresos de Juan Carlos Medina, Edgar Castillo e Ismael Rodríguez, quien por cierto ya es baja debido a una lesión.
América ya prepara su debut para la siguiente campaña en el estadio Azteca, donde el próximo domingo hará los honores a Querétaro, duelo a celebrarse en punto de las 16:00 horas.