El legendario futbolista alemán Karl-Heinz Rummenigge renovó sus críticas contra los episodios de corrupción que mancharon la FIFA en los últimos meses y volvió a encender en Alemania la polémica acerca del órgano mundial de gobierno del fútbol.
“No puedo más aceptar que nos manden personas que no trabajan de manera honesta y limpia”, dijo Rummenigge al diario británico The Guardian y añadió “me preparo para una revolución, si es esta la única manera de encontrar una solución”.
A principio de semana el actual director deportivo del Bayern München había causado revuelo por expresar sus críticas en declaraciones a la revista de fútbol alemana Kicker.
En esta ocasión acusó también el presidente de Federación Alemana, Theo Zwanziger, a pesar de que este se comprometiera en una lucha contra la corrupción en la FIFA.
De hecho, Zwanziger renovó su respaldo al actual presidente Joseph Blatter, en una paradójica elección el pasado mes de junio, donde el eterno presidente suizo se había quedado como único candidato, tras que su rival qatarí terminara enredado en una trama de corrupción.
Rummenigge dijo de Zwanziger que “la política que mantuvo con respecto a Blatter, de defenderlo siempre cuando el resto del mundo sabe realmente lo que ocurre, no me parece muy inteligente”.
Las declaraciones del ex delantero llegaron pocos días después de que la comisión ética de la FIFA sancionara de por vida al qatarí Mohamed bin Hammam, acusado de soborno durante las últimas elecciones de la FIFA.
Rummenigge no paró en sendas entrevistas de lanzar críticas despiadadas contra Blatter, “es un rey sin reino”, y hacia sus cortesanos: “El reino ya no depende de él, sino de príncipes continentales que lo eligieron. En algún momento vendrá un nuevo rey”.
Según el director deportivo del Bayern, los clubes deberían participar de manera directa en la toma de las decisiones de la FIFA con respecto a los mundiales de fútbol.
“En la Copa del Mundo había antes 16 equipos y ahora son 32. Los clubes son los que pagan los jugadores, pero no están involucrados en la toma de decisiones. No somos tratados con respeto”, dijo a The Guardian.
El presidente de la Federación alemana tachó de “populismo” las acusaciones del directivo del Bayern München, y dijo que los clubes alemanes deberían en el futuro tener una posición común acerca de la FIFA: es decir, decidir entre el camino de las reformas, o estar con la actual presidencia o con la oposición.