El Vicente Calderón espera ver al fin una victoria ante el eterno rival y romper con una maldición que se dilata ya casi 13 años. Una losa para el Atlético, que necesita ganar por sí mismo, más allá de poder fastidiar la Liga al vecino, algo que a la hinchada rojiblanca le llama. El Madrid ha visto reducir su ventaja desde los 10 a los 4 puntos en cinco jornadas. El margen de error, que antes era amplio, empieza a ser cada vez más estrecho. El cuadro de Mourinho sigue siendo el gran favorito para el título, pero sabe que otro tropiezo podría poner al Barcelona a tiro de piedra. El Manzanares se le ha dado bien al Madrid y al técnico portugués. La historia reciente no habla de un partido especialmente difícil, pero lo normal es que lo sea.

Descafeinado en los últimos años por la superioridad madridista, el derbi madrileño ha perdido algo de su esencia. Donde antes había dos equipos que se miraban a la cara, más allá de que ganara uno u otro, ahora hay un equipo que agacha la cabeza y otro que domina. Al menos así ha sido en lo que llevamos de siglo XXI. El Atlético quiere cambiar la dinámica y recuperar un partido que siempre ha sido especial, único. No hace tanto que era el gran partido de la temporada. De la mano de Simeone, el Atlético quiere recuperar su estatus y demostrar que en el Calderón manda el equipo rojiblanco.

El Cholo tiene algunas bajas, aunque ninguna de ellas se antoja crucial. Arda, Diego, Adrián y Falcao estarán disponibles, y con ellos a buen nivel el Atlético puede hacer daño a cualquiera. No estarán Mario, Salvio y Miranda, todos ellos sancionados. Simeone, portador del espíritu rojiblanco, sabe la importancia del partido y que no es un partido más para el Atlético. Probablemente plantee una guerra de guerrillas, un partido de lo más incómodo para el Madrid, como ya hizo contra el Barcelona. Pocas dudas ofrece el once del Atlético, más allá de quién será el acompañante de Godín en el centro de la defensa. Perea y Domínguez se jugarán el puesto. Será el primer derbi de Falcao, que se perdió el duelo de ida por lesión. El Atlético apela a su fortaleza en el Calderón (donde sólo han ganado Betis y Barcelona) para derribar al Madrid.

El líder llega conjurado al Manzanares. Quiere llegar con al menos cuatro puntos al Clásico del Camp Nou y eso pasa por ganar en el Calderón y al Sporting en el Bernabéu. Por más que su dominio en los derbis sea total, el Madrid sabe que le espera un compromiso complicado y duro ante un rival y una afición que le tiene muchas ganas. Contra ello, el Madrid dispone de su caballería, un ataque capaz de silenciar cualquier hinchada y calmar cualquier ambiente. Llegado el momento decisivo de la temporada, Mourinho dispone de toda su plantilla sana, y eso es una gran noticia para el Madrid.

Se adivinan algunos cambios en el once del portugués de cara al derbi. Lo más probable es que entre Di María, que mostró un buen nivel ante el Valencia, ya recuperado definitivamente de su lesión. El sacrificado será Higuaín o Benzema. En el centro de la defensa regresará Sergio Ramos para afrontar un partido exigente. Otra de las dudas está en el lateral izquierdo. Mourinho ha optado por Coentrao en algunos estadios complicados, por lo que su titularidad en lugar de Marcelo no sorprendería.

El Atlético apura sus opciones de jugar la Liga de Campeones y el Madrid se juega nada menos que la Liga. Aunque últimamente haya perdido algo de su esencia, sigue siendo un derbi.