El mexicano Juan Manuel Márquez y el filipino Manny Pacquiao culminaron este viernes su gira promocional para su cuarto combate del 8 de diciembre en Las Vegas, Nevada, ante 10 mil aficionados en la Arena Ciudad de México.
En la última conferencia realizada ante los medios especializados, Pacquiao y Márquez estuvieron acompañados de los promotores Bob Arum y Fernando Beltrán, y se mostraron seguros en obtener el triunfo en la contienda programada en peso welter.
Juan Manuel Márquez advirtió que a sus 39 años todavía está en edad de obtener la victoria que los jueces le han negado sobre Manny Pacquiao en los tres combates previos.
En la meca de uno de los grupos más aguerridas de la era prehispánica, el tepaneca, rival de los mexicas y texcocanos, ahora sede de un rastro y un mercado donde todavía se expende pulque, la bebida milenaria sacada del maguey para los Tlatoani del Imperio Azteca, "Dinamita" Márquez se comprometió a realizar la mejor preparación de su vida para conseguir el anhelado triunfo.
Más de tres horas esperaron mujeres, hombres y niños sólo para ver de cerca al boxeador mexicano más popular del momento y su rival del 8 de diciembre, Manny Pacquiao, considerado el mejor libra por libra del mundo.
Ante un escenario que lucía pletórico, los aficionados esperaron lanzando porras a Márquez y abucheos a Pacquiao, mientras por las gradas circulaban las famosas nieves, las manzanas cubiertas de caramelo y chile, los esquites, palomitas y refrescos.
Nada contuvo a la afición mexicana que aplaudió la aparición de los protagonistas, cuando Márquez y Pacquiao salieron de dos grandes telones, ubicados en esquinas contrarias, mientras los juegos de pirotecnia se encendían y la música del "Ojo del Tigre", de la saga de Rocky, retumbaba en el recinto.
Bob Arum reconoció lo esplendoroso del escenario de la Arena Ciudad de México, "digno de cualquier espectáculo", agregó el promotor miembro del Salón de la Fama, ante una multitud que sólo apagaba sus gritos para escuchar la traducción.
Solos, en esquina contrarias, Márquez y Pacquiao, rivales en tres confrontaciones, aguardaron su turno de hablar, enviando saludos y besos a la tribuna, donde también ondearon algunas banderitas de Filipinas por un grupo de ciudadanos de ese país.
Sin embargo, ningún mensaje fue tan emotivo como el de Márquez, quien tuvo que callarse durante 10 segundos, mientras la Arena Ciudad de México retumbaba en una ovación estruendosa para el popular peleador mexicano.
La gritería se multiplicó aún más cuando Márquez acudió al popular refrán mexicano "Viejos los cerros" para callar a quienes lo consideran un boxeador acabado a sus 39 años de edad.
Manny Pacquiao se mostró contento por estar en México y pronosticó una gran pelea en su cuarto choque contra el capitalino, después de su polémica victoria por decisión en su tercer combate en noviembre pasado.
"Esta será la mejor pelea de todas", comentó el asiático mientras era abucheado por los seguidores de Juan Manuel.
Al final, ambos boxeadores posaron frente a frente ante los medios de comunicación, mientras la multitud los vitoreaba por última vez antes de abandonar el recinto.
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