La pentacampeona selección de Brasil y Croacia ponen en marcha mañana en el estadio brasileño Arena Corinthians de Sao Paulo, la XX edición de la Copa del Mundo de Fútbol, en un marco entusiasta de medios de todo el orbe.

El conjunto de Luis Felipe Scolari y el de Niko Kovac, están listos para buscar su primer triunfo, en un campeonato que se espera muy competitivo donde la escuadra anfitriona es la favorita de especialistas y casas de apuesta.

Brasil es el único equipo de las 32 selecciones que no se ha perdido una Copa del Mundo.

En sus últimas ocho Copas del Mundo ( desde 1982 a la fecha) la verdeamarelha ha cosechado sólo triunfos y desde 1950 a la fecha no pierde el juego de su debut, con lo que suma 15 victorias y dos empates. 

Sus únicas dos derrotas al comenzar la Copa ocurrieron en 1930 y 1934 ante los equipos de Yugoslavia y España.

Miles de aficionados a la Canarinha sueñan con otro título. El más reciente fue conseguido en 2002 de la mano de Scolari. Y la experiencia de este técnico puede ser fundamental en sus aspiraciones.

Para Croacia es apenas su cuarta Copa del Mundo. Se presentó por primera vez en 1998 y sorprendió a todos al llegar a conseguir el tercer lugar. En 2002 y en 2006 fue frenado en la fase de grupos.

La formación brasileña de Scolari será un 4-4-2 y abrirá con Julio César como arquero; en la defensa con Dani Alves, Thiago Silva, David Luiz y Marcelo; en la media cancha con Óscar, Luiz Gustavo ( o Fernandinho), Paulinho y Fred y adelante Hulk y Neymar. 

En tanto Kovac con una formación de 4-2-3-1 comienza con Pletikosa, como guardameta; en la defensa central Corluka y Lovren y en los extremos Srna, Vukojevic y Pranjic; y adelante Luka Modric, Kovacic, Perisic, Rakitic y Mandzukic ( u Olic).

Durante el desarrollo del partido, el ingreso del jugador Eduardo da Silva, con la camiseta de Croacia, puede levantar a los aficionados cariocas de sus asientos.

El jugador de 31 años, nacido en Río de Janeiro, de posición delantero será vigilado muy de cerca por la defensa brasileira. 

El trabajo arbitral correrá a cargo del árbitro japonés Yuichi Nishimura, de 42 años, auxiliado por sus compañeros Toru Sagara y Toshiyuki Nagi. 

Nishimura ya trabajó el Mundial de 2010 en Sudáfrica en la que trabajó cuatro partidos.